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Última hora coronavirus | Vacunados con AstraZeneca, en el limbo: "Que tomen ya una decisión”

Vacunación con AstraZeneca en Ourense. (FOTO: Miguel Ángel)
photo_camera Vacunación con AstraZeneca en Ourense. (FOTO: Miguel Ángel)
Sanidade defiende inyectar segundas dosis del mismo fármaco; Salud Pública estudia si dejarlo a elección del paciente

La paciencia se agota para los más de 10.000 ourensanos menores de 60 años vacunados con la primera dosis de AstraZeneca. Mes y medio después de que el Ministerio de Sanidad paralizase la inyección de este fármaco entre la población de su edad, todavía no hay una solución firme sobre la mesa. Tras conocer los resultados del estudio realizado por el Instituto Carlos III, que avala como “seguro” inyectar segundas dosis de Pfizer entre los afectados, las comunidades se reunieron este martes para valorar la situación en el comité de Salud Pública del Consejo Interterritorial. 

La opción de utilizar Pfizer fue la más votada por las autonomías, pero el tema “no se cerró”, según el conselleiro de Sanidade, Julio García Comesaña. “También se planteó la posibilidad de la voluntariedad (de cada paciente), se ha emplazado a la comisión de salud pública a pedir un informe al comité de ética”, aseguró ayer. De esta forma, en los próximos días habrá otra nueva reunión en la que se decidirá si, finalmente, podrán decidir los propios vacunados qué fármaco prefieren para su segunda dosis. 

Galicia (una de las tres comunidades que votó en contra) se mantiene firme en la idea de utilizar AstraZeneca para este colectivo, defendida desde hace semanas por la Xunta. “Creemos que es lo más razonable atendiendo a la evidencia científica y a la propia ficha técnica de la vacuna”, recalca Comesaña.

Sucesivos cambios

En la provincia, las primeras dosis de AstraZeneca se inyectaron el día 12 de febrero a profesionales de los servicios municipales de ayuda en el hogar. La campaña continuó con el resto de trabajadores esenciales (profesores, fuerzas y cuerpos de seguridad, funcionarios de prisiones o farmacéuticos, entre otros), menores de 55 años en un principio. 

A mediados de marzo, el Sergas daba un paso más y comenzaba la inmunización en el colectivo de 50 a 55 años con los primeros dispositivos masivos. Unos días después, Sanidad paralizaba la inoculación de AstraZeneca tras detectarse varios casos en Europa de trombosis entre personas recién vacunadas. La Agencia Europea del Medicamento (EMA) investigó entonces los casos reportados y aseguró que los episodios no se podían asociar con las dosis inyectadas. Sanidad amplió entonces la administración al grupo de 55 a 65 años en todo el país, por lo que el Sergas retomó la vacunación entre los colectivos esenciales con normalidad.

La primera semana de abril, la campaña volvió a paralizarse, de nuevo por episodios tromboembólicos detectados entre personas recién vacunadas. Después de que la EMA asegurase que “los beneficios son mayores que los riesgos”, cada país europeo optó por seguir su propia estrategia. En España, el grupo diana cambió entonces al colectivo de 60 a 69 años, lo que dejó en el limbo a 1,5 millones de menores de 60 años, de los que unos 60.000 son gallegos (más de 10.000, ourensanos). Si bien el Ministerio de Sanidad aseguró a principios de abril que había “tiempo”, cabe recordar que, a falta de una decisión en firme, para los primeros vacunados (en las primeras semanas de febrero) el plazo de inoculación de la segunda dosis comienza a agotarse (10-12 semanas). 

Los afectados coinciden en pedir una solución “cuánto antes” a las autoridades. “Me da igual la vacuna que sea, pero que tomen ya una decisión, no es lógico lo que están haciendo con nosotros”, reclama la ourensana María Jesús Justel, que hace hincapié en el paso de las semanas “sin ninguna respuesta”. Javier Lareu, otro afectado, no cree que dejar la decisión en manos del paciente sea lo correcto: “Eu prefiro que me digan o que teño que facer e non que me deixen elexir, non son médico nin epidemiólogo”.

Países como Alemania o Francia hace semanas que retomaron la vacunación con Pfizer y otros como Reino Unido o Italia optaron por hacerlo con AstraZeneca.

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