El incendio, que quedó controlado anoche, arrasó más de 300 hectáreas en un zona con una complicada orografía

El viento complicó la extinción del fuego que afecta al Parque do Xurés

Los medios de extinción contaron con agentes forestales, brigadas, motobombas, palas y tres aeronaves. En la imagen de la izquierda, el fuego sube por la ladera. (Foto: MARCOS ATRIO)
Las llamas han vuelto a sembrar el miedo y la desolación en el Parque Natural Baixa Limia Serra do Xurés. El espacio protegido, declarado Reserva Transfronteriza de la Biosfera conjuntamente con el portugués Peneda-Gerês, era víctima ayer de un nuevo incendio que, según fuentes de Medio Rural, había arrasado hasta anoche unas 300 hectáreas de bosques y monte raso en las parroquias de Parada de Ventosa y Prado de Limia, en el Concello de Muíños. Otras fuentes, de personal de extinción, hablaban de hasta 500 hectáreas quemadas.
El fuego, que ya dañó estos montes en marzo del año 2011, comenzó sobre las 19,05 horas del martes en las inmediaciones del pueblo de Alvite y, debido a los fuertes vientos y a la sequedad del terreno, se extendió hacia los núcleos limítrofes de Reparade, Prado y Pazó. 'No lo llevo nada bien', reconocía a primeras horas de la mañana el alcalde de Muíños, Plácido Álvarez, después de una noche de desesperación donde, aseguró, se hizo notar la falta de medios. 'Esto es la 'repera', nos dejan solos a los humildes', decía Álvarez, quien tuvo que echar mano de voluntarios para que colaborasen en las labores de extinción con los efectivos de Medio Rural y los grupos supramunicipales de emergencia (GES) de Lobios y Muíños.

Con la luz del día, se incorporaron a las tareas de extinción dos aviones anfibios la base de Torrejón de Ardoz (Madrid) y una brigada de la base de Laza (BRIF), enviados por el Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente. El equipo, conformado por ocho agentes forestales, 16 brigadas, ocho motobombas, tres palas, un helicóptero y dos aviones, sólo logró hacerse con el control del incendio 24 horas después de su inicio .

Profesionales, voluntarios y vecinos trabajaron durante horas, sin descanso y sin dormir para frenar el avance de las llamas, que sumaron varios kilómetros de frente, avivadas por una climatología adversa. A los fuertes vientos, que según fuentes de los efectivos de emergencias 'tranquilamente' pudieron alcanzar los 80 kilómetros hora, había que añadir el estado del terreno. 'La vegetación está muy seca. No llueve y las heladas de estos días ha secado la parte de arriba de la vegetación lo que facilita su combustión', relataba Jorge Rodríguez, responsable del GES de Lobios. El viento también fue el causante de los desperfectos en la cubierta del polideportivo y de la grada del campo de futbol. 'Fue como un mini-tornado que se llevó todo', resumía Plácido Álvarez.


INTENCIONALIDAD

Con el foco puesto en las labores de extinción, lugareños y responsables políticos coincidían en la intencionalidad del incendio.'La tranquilidad que vivimos en épocas difíciles se está tornando ahora. No tengo duda de que fue provocado', aseguraba el alcalde de Muíños. El subdirector general de Prevención e Defensa contra os Incendios Forestais, Miguel Cela, que visitó la zona acompañado de la directora general de Conservación da Natureza, Verónica Tellado, declaró en relación con este fuego que 'aínda que estamos en temporada baixa, o risco existe e as imprudencias ou as ganas de facer dano é evidente que tamén'.

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