Una feria con mucho amor, en Xinzo

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photo_camera Daniel le entrega una flor a Antía en la praza Maior, ambientada en el Xinzo de 1950. (Miguel Ángel)
Decían en el Xinzo de 1950 que quien no encontraba novia en la feria del 14 de mayo no sería capaz de hacerlo el resto del año. Este sábado los limianos viajaban atrás en el tiempo para reencontrarse con su historia. “A feira das mozas” volvió, con amor, para quedarse. 

Los días 14, pero no de febrero, sino de mayo, eran los más románticos del año para los limianos de la década de los 50. Y es que había un dicho -“O que non colle moza o 14 de maio non a colle en todo o ano”- que animaba a los jóvenes de la época a vestirse con lo mejor del armario y acudir a la feria a buscar una pareja con la que hablar o dar un paseo. Se identificaban, principalmente las mujeres, con un clavel rojo, señal de soltería. 

Este sábado “A feira das mozas” volvía a Xinzo y muchos de aquellos jóvenes regresaban al evento acompañados ahora de hijos y nietos: “Ás veces ligabamos con algún ‘chico’”, recuerda con una sonrisa Ángela Díaz, de 95 años. “Eu poñía o mellor vestido que tiña, claro, ¡e os mellores zapatos!”, añade. Ángela puntualiza que los novios de aquel entonces se limitaban a acompañar a las mujeres hasta casa dando un paseo: “Claro que botei mozo! E acompañoume ata casa, ¡e eu toda contenta! Antes era así. Viñan á casa, tocaban a porta e saiamos a atender ós ‘novios’. Non é como agora que hai cines, teatros… Nós, bueno, ¡tiñamos a feira!”, añade. 

Manuel Valencia, que pasea por la feria del 14, también recuerda el famoso dicho: “Dicían que o que non ligaba o 14 de maio non ligaba máis”, cuenta. Aunque en las ferias no tuvo suerte, Manuel sí encontró a su media naranja en Calvos de Randín: “Eu son de alí, entón atopei moza alá, aquí non”, añade entre risas. 

Ayer Xinzo volvía varias décadas atrás con el objetivo de rememorar su historia y potenciar la del 14 como la mejor feria del año: la que marca el inicio de los eventos estivales y la que servía para lograr un importante intercambio social, económico y cultural en la época. En O Toural los puestos de siempre,  en San Roque, pulpo; y en el casco antiguo, música y baile tradicional. También claveles rojos: “Daquela eran as mozas as que levaban os caraveis. Hoxe imos a darllos a todo o mundo”, contaba Suso Fariñas, promotor del evento

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