Los días 14, pero no de febrero, sino de mayo, eran los más románticos del año para los limianos de la década de los 50. Y es que había un dicho -“O que non colle moza o 14 de maio non a colle en todo o ano”- que animaba a los jóvenes de la época a vestirse con lo mejor del armario y acudir a la feria a buscar una pareja con la que hablar o dar un paseo. Se identificaban, principalmente las mujeres, con un clavel rojo, señal de soltería.
Este sábado “A feira das mozas” volvía a Xinzo y muchos de aquellos jóvenes regresaban al evento acompañados ahora de hijos y nietos: “Ás veces ligabamos con algún ‘chico’”, recuerda con una sonrisa Ángela Díaz, de 95 años. “Eu poñía o mellor vestido que tiña, claro, ¡e os mellores zapatos!”, añade. Ángela puntualiza que los novios de aquel entonces se limitaban a acompañar a las mujeres hasta casa dando un paseo: “Claro que botei mozo! E acompañoume ata casa, ¡e eu toda contenta! Antes era así. Viñan á casa, tocaban a porta e saiamos a atender ós ‘novios’. Non é como agora que hai cines, teatros… Nós, bueno, ¡tiñamos a feira!”, añade.
Manuel Valencia, que pasea por la feria del 14, también recuerda el famoso dicho: “Dicían que o que non ligaba o 14 de maio non ligaba máis”, cuenta. Aunque en las ferias no tuvo suerte, Manuel sí encontró a su media naranja en Calvos de Randín: “Eu son de alí, entón atopei moza alá, aquí non”, añade entre risas.
Ayer Xinzo volvía varias décadas atrás con el objetivo de rememorar su historia y potenciar la del 14 como la mejor feria del año: la que marca el inicio de los eventos estivales y la que servía para lograr un importante intercambio social, económico y cultural en la época. En O Toural los puestos de siempre, en San Roque, pulpo; y en el casco antiguo, música y baile tradicional. También claveles rojos: “Daquela eran as mozas as que levaban os caraveis. Hoxe imos a darllos a todo o mundo”, contaba Suso Fariñas, promotor del evento