La feria que se celebra en Xinzo de Limia cada 14 de julio es una de las más potentes de todo el año junto a la del 27 del mismo mes y a las de agosto. Desde la pandemia del covid-19, los vendedores ambulantes han tenido que conformarse con resistir en la villa antelana y, aunque ayer miércoles, la afluencia de compradores fue considerable, algunos feriantes apuntaron que se quedó lejos de lo habitual por estas fechas. Esto podía constatarse en la rúa San Roque, que siempre registraba mayor movimiento de viandantes anteriormente.
El sol acompañó durante toda la mañana y, a lo largo del Toural y la calle Carmen Nóvoa, se instalaron los puestos habituales, pero se notó menos movimiento que un julio precovid. “Creemos que hay un 30 menos de afluencia de compradores en esta ocasión, si la comparamos con 2019”, explica Pedro Jiménez, de Comercial Jiménez de Ourense. “Hay gente que ha venido del País Vasco, Barcelona… Gente que está fuera y que viene a pasar unos días y acude a la feria, pero se nota que falta un poco de movimiento. A las 12,00 horas del mediodía no podríamos ni estar hablando tranquilamente tal y como estamos ahora”, añade.n
