Teresa Sampedro: “Ir de vacaciones a otro sitio es quedarme sin Vilar de Barrio y no me compensa”

Teresa Sampedro Fernández
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Teresa Sampedro nació en el País Vasco, pero toda su familia -y también su pareja y la familia de éste- es de Vilar de Barrio. Es por esto por lo que, cada año, nada más coger las vacaciones, hace la maleta y emprende camino a Galicia. En esta localidad tiene los mejores recuerdos y quiere que sus hijos experimenten la libertad y las vivencias personales que proporciona el veranear en un pueblo de poco más de 1.000 habitantes. 

Desde que era pequeña no ha faltado un verano en Vilar de Barrio. 

Sí, todos los veranos estamos. Al principio veníamos a casa de mis abuelos y luego mis padres ya se construyeron aquí una. 

¿Qué recuerdos tiene de su infancia aquí?

Todos, si a mi marido le he conocido aquí… ¡Imagínate! En Vilar de Barrio he pasado los mejores veranos. Me da una pena la gente que no tiene pueblo… Yo cogí vacaciones el viernes y el domingo ya estaba en el tren. 

¿No echan en falta irse a otro lugar de vacaciones?

La verdad es que no. Hemos ido a otros sitios, claro que sí. Lo que pasa es que tienes que renunciar a pasar tiempo aquí en Vilar de Barrio y no me compensa. 

¿Qué le aporta el pasar tiempo en su pueblo?

Tengo mogollón de amigos y mis hijos son felices aquí. Me gusta que se relacionen con niños de diferentes edades: van a la piscina, juegan en el pabellón…Es una libertad que les encanta y yo estoy tranquila. Allí si salen ya tienen que llevar el móvil… Es diferente. 

¿Sigue teniendo usted los mismos amigos de la pandilla de verano?

Hay gente que igual ya no viene tanto, pero por ejemplo en fiestas viene todo el mundo. Yo me sigo relacionando con las mismas personas. 

¿Qué echa de menos de aquí?

Yo allí -en el País Vasco- vivo en un pueblo y al final es verdad que me relaciono con todo el mundo. Aquí quizá es una relación más directa con todo el mundo, ¡la mitad son primos! (Ríe) Y la otra mitad son vecinos de toda la vida. 

Lo que más le gusta es la cercanía con la gente. 

Sí, sin duda. La vida es diferente. Además en verano el que no viene no es porque se aburra. Hay muchas actividades.

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