Un grupo de arqueólogos retomó este martes las investigaciones en el Castro da Acea, en el límite entre el concello de Xunqueira de Ambía y Baños de Molgas en una cuarta fase de trabajos que financiará, de manera íntegra, el Concello de Molgas. En esta ocasión, el objetivo de los profesionales será avanzar en el descubrimiento de los graneros antiguos u “hórreas” de almacenamiento de excedente agrícola. Estas construcciones fueron las primeras en descubrirse durante la primera campaña, la que tuvo lugar en el año 2018. “Foi unha aparición inédita”, señala David Pérez López, arqueólogo director del proyecto.
Las excavaciones en el yacimiento arqueológico continuaron, en los últimos años, con su ampliación “ata o nacente”, precisa Pérez, quien señala que esto permitió descubrir dos graneros más dentro del área de intervención. También se señalizó el yacimiento. “Na pasada campaña, a de 2021, froito dun convenio entre o Concello de Baños de Molgas e a Universidade de Vigo; excavamos para ver o sistema defensivo da croa. Sacamos a cara exterior e interior da muralla”, añadió.
En esta ocasión, la voluntad del Concello de Baños de Molgas es centrarse en la ampliación de la excavación dentro del recinto de la “croa”, es decir, el espacio superior del castro; para determinar la existencia de más graneros. “Parece ser que si que os hai porque no perfil xa se intúe que pode haber algunha edificación máis”, adelanta el arqueólogo.
40 METROS CUADRADOS
Los trabajos, que se prolongarán durante las tres próximas semanas y en los que participan cuatro arqueólogos y dos restauradores, se centrarán en una superficie de 40 metros cuadrados hacia la zona este. Hasta el momento actual, los arqueólogos no han podido datar exactamente el yacimiento. Tras los trabajos realizados no se ha podido confirmar al cien por cien la presencia romana -sí se encontraron el año pasado fragmentos materiales romanos en la zona, pero podría deberse al paso de la Vía Nova- por lo que lo descubierto hasta ahora sería, a priori, anterior a la conquista. “Apareceu, na segunda campaña, unha pulseira e algún material cerámico bastante típicos dos séculos II e III antes de Cristo. Estas son as datacións que baraxamos neste momento para este espazo”, explica el director del proyecto de investigación. Se estima, en este sentido, que la extensión del castro supera las tres hectáreas, por lo que la evolución del yacimiento podría arrojar más indicios de romanización. “Por aquí preto pasa a Vía Nova, que serviu para dominar aos galaicos. Ou ben aquí houbo un foco de resistencia aos romanos ou todo o contrario. Esto é algo que se poderá confirmar se se intervén en fases posteriores”, puntualiza el arqueólogo David Pérez.
Ayer martes, con buenas previsiones meteorológicas, los trabajos en campo se retomaron con la limpieza y desbroce del entorno. También se comenzó a excavar la primera cuadrícula. En esta campaña también se llevarán a cabo la consolidación de los muros.
