Verano

Callos y empanadas triunfan en la despedida gastronómica del verano

Largas colas en una de las panaderías alaricanas, que ayer no pudieron protagonizar la fiesta campestre en el Campo de Vilanova. (Foto: Andrés Cachalvite)
photo_camera Largas colas en una de las panaderías alaricanas, que ayer no pudieron protagonizar la fiesta campestre en el Campo de Vilanova. (Foto: Andrés Cachalvite)
Vecinos y visitantes agradecieron el esfuerzo de la hostelería en Lobios y Allariz para mantener las propuestas culinarias

Los despachos alaricanos colgaron ayer el cartel de completo en un atípico día grande de la empanada. La suspensión de la fiesta campestre en el Campo de Vilanova obligó a los amantes de este sabroso manjar a desplazarse hasta alguno de los cinco establecimientos distribuidos por el casco urbano, donde las colas en hora punta fueron inevitables. "Nalgúns sitios xa había xente esperando antes de abrir as nove da mañá", comentaba el teniente de alcalde, Bernardo Varela, quien señaló que el comportamiento de vecinos y visitantes fue "exemplar" y el buen ambiente reinó durante toda la jornada.

A la celebración se sumaron este año bares, restaurantes y taperías que, cogiendo el guante lanzado desde el Concello, ofertaron tapas y raciones de empanada a su clientela. "Nun minuto voou media empanada", comentaba uno de los clientes que a mediodía disfrutaba de la celebración en un local de la Praza Maior. El nuevo formato no mermó ni variedad ni calidad al festín gastronómico, pudiendo elegir entre una decena de propuestas más allá de las típicas raciones de pollo, ternera o atún. 

En cuanto a la programación cultural, los más pequeños pudieron disfrutar con el colorido desfile de gigantes y cabezudos, mientras que el pasacalles oficial lo protagonizó la Banda Unión Musical de Allariz, cuyos integrantes ofrecieron pasado el mediodía un concierto en un espacio acotado de Vilanova. El mismo lugar donde, por la tarde, actuó Coanhadeira.

Potaje a 26 grados

Las tapas también volaron ayer de los bares y restaurantes de Lobios que, con la suspensión de la "Festa dos Callos Limiaos", asumieron la responsabilidad de mantener este potaje como el protagonista gastronómico del tercer fin de semana de agosto en A Baixa Limia.

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"La verdad es que hubo mucho ambiente, se ha visto a la gente de los pueblos por la zona y también hubo quien los encargó  para llevarse la "pota" a casa, como se hace en la fiesta", comentaba la alcaldesa de Lobios, Mari Carmen Yáñez, quien se mostraba escéptica a que en próximas fechas se pueda recuperar el evento en su formato tradicional. "Vamos a ver cómo se desarrolla la pandemia, aunque hoy podemos decir que el ambiente ha sido bueno".

Una participación que no solo protagonizaban vecinos y emigrantes que apuran sus últimos días de vacaciones, sino que contó con turistas llegados desde diferentes puntos de la península, del vecino Portugal y de otros puntos de Europa. Con temperaturas de 26 grados, como las que ayer se alcanzaron en Lobios, algunos visitantes se mostraron al principio reacios a probar el potaje, más propio del invierno y con garbanzos, chorizo, pata y el estómago de ternera como principales ingredientes. Si bien, una vez degustada la primera cucharada, "el resto bajaba solo", bromeaba uno de los comensales.

La centenaria Banda de Lobios fue la encargada de poner la nota musical a la jornada con un concurrido concierto dominical. Hoy lunes, día de San Bartolomé, Odaiko actuará a las 21,00 horas en la Praza Roxa.

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