El "carballo" de Santa Mariña no da la talla para formar parte del selecto catalogo de arboles "senlleiras" de Galicia. Así lo cree el comité que confecciona este documento tras desestimar la petición de la Asociación de Estudios de Santa Mariña de Augas Santas.
Indignación y malestar. Así se muestran los responsables de la Asociación de Santa Mariña de Augas Santas tras recibir la negativa del Comité das Árbores Senlleiras a incluir en el "Catálogo galego de árboles senlleiras" el "carballo" de Augas Santas, que preside la entrada de la iglesia parroquial declarada Bien de Interés Cultural (BIC), al igual que la basílica de la Asunción y el Castro de Armea ubicado a escasos metros.
El ejemplar, un Quercur robur L. de 18,10 metros de alto y 6,6 de perímetro normal, cuenta con más de 300 años de antigüedad, como así lo refleja Juan Muñoz de la Cueva, que en 1727 referenció la existencia de cuatro robles "muy corpulentos, muy frondosos, y crecidos que muestran antigüedad" en la publicación "Noticias Históricas". "Hoy quedan dos, pero vivo solo uno", matiza José Ramón Seara, presidente de la asociación alaricana, que no duda en que volverán a insistir el reconocimiento y protección para el ejemplar que ademñas está afectado por el coleóptero cerambyx. Esta es una especie de escarabajo protegido (en el Listado de Especies Silvestres en Régimen de Protección Especial y Catálogo Español de Especies Amenazadas publicado por el Ministerio de Medio Ambiente) que agujerea el ejemplar, "no lo mata, pero puede hacer que se derrumbe", explica Seara.
Dimensiones y conservación
Proteger y conservar el ejemplar, así como divulgar su existencia en una parroquia llena de historia, patrimonio y leyendas entorno a Santa Mariña, era el objetivo de la asociación con la solicitud que, con el asesoramiento de la Sociedade Galega de Historia Natural, presentaron el febrero de este año a la Consellería de Medio Ambiente, de la que depende el mencionado Comité. Personados en el lugar técnicos de Conservación da Natureza de Ourense, realizaron una inspección para constatar el estado de conservación del ejemplar y sus dimensiones.
Si bien, reunidos los miembros del Comité das Árbores Senlleiras en convocatoria ordinaria, informaron desfavorablemente la solicitud, al considerar que "non posúe características excepcionais en relación ao elementos de xuízo mencionados no Decreto 67/2007, do 22 de marzo, que a fagan polo tanto merecente da súa protección mediante a inclusión no Catálogo galego das árbores senlleiras".
Preguntados por las razones de esta negativa, fuentes de la consellería explicaron que, en el caso de los robles, "tense establecido por parte do Comité das Árbores Senlleiras unha altura total (32,3 mentros) e un perímetro normal (8,07) que se usa como referencia, por debaixo dos que as solicitudes son rexeitadas de non existir outros valores que motiven a solicitude de catalogación".
Valor histórico y cultural
Una argumentación que, para nada comparten desde la Asociación de Estudios de Santa Mariña. "Es cierto que no es de los más altos, pero hay otros carballos catalogados que son más pequeños", aseguró Seara. De los 16 ejemplares de la misma especie incluidos en el catálogo a día de hoy, dos son inferiores en altura y siete en perímetro normal del tronco, en comparación con el carballo alaricano. Pero, si se toman como referencia las cifras dadas por Medio Ambiente, solo dos árboles pasarían el corte en altura y tres en perímetro normal. El resto de ejemplares están por debajo de las exigencias del comité.
En cuanto a las demás características excepcionales que se citan en el decreto, que hacen referencia a los valores naturales, culturales, científicos, didácticos, estéticos o paisajísticos, "no encontramos ningún argumento que impida que nuestro árbol pueda ser considerado senlleiro", asegura Seara, que defiende la antigüedad documentada de un ejemplar que llama la atención por su belleza, porte, ubicación y significación histórica. "Las bellotas, ramas y hojas que se caían de este ejemplar, porque no se podían cortar, la gente se las llevaba a casa como elemento de protección y para evitar incendios", recuerda Seara, que asegura que "el pueblo se ha tomado la decisión con desencanto, porque se había ilusionado con su posible declaración y porque es consciente de que requiere cuidados".
