Con “b” de bueno

Pacientes, tranquilos, fuertes, cariñosos y con buena memoria. “Ser un burro” no debería tener jamás una acepción peyorativa, sobre todo, si se comprueba el poder curativo que, para muchas personas, poseen este y otros muchos animales. En la lucha para la defensa y la protección del burro lleva 16 años involucrada la Asociación Andrea de Allariz que en los últimos meses ha llevado a cabo, con la colaboración de la Diputación de Ourense, un programa de estimulación multifuncional asistido con asnos para personas con diversidad funcional. Se trata de una de las líneas de intervención de esta entidad ubicada en San Salvador dos Penedos y que se complementa con un centro de acogida de burros abandonados y maltratados y un programa de pastoreo controlado para prevención de incendios. El objetivo de las terapias con estos animales es, tal y como explica la psicóloga clínica del proyecto, Elsa Pérez, “mejorar la calidad de vida de las personas” poniéndolas en contacto con espacios naturales y animales mediante personal especializado. “Desde hace muchos años en países como Francia, Inglaterra o Estados Unidos ya se sabe que las terapias asistidas con animales son muy eficaces y eficientes”, asegura Pérez. En San Salvador varios asnos han propiciado en los últimos tres meses el trabajo cognitivo, físico, emocional y social de usuarios del Centro Residencial Valverde (Fundación San Rosendo), la Unidad Residencial Troncoso de Ourense, o de la Asociación Limisi de Xinzo. “Nosotros buscamos la estimulación en los centros cerebrales más profundos y que se encuentran dañados de nacimiento, por algún traumatismo o porque se están degenerando”, relata Elsa. “No es la misma estimulación cerebral la que se recibe haciendo un puzzle que la que se obtiene mediante la interacción con un animal. El contacto con él implica a la persona emocionalmente y, precisamente, la vía emocional es la entrada más fuerte al cerebro para poder trabajar otros aspectos como la atención o la memoria”, añade. Posteriormente, se hace un seguimiento personalizado de la evolución de cada participante y un análisis de los objetivos alcanzados. TRABAJO PSICOMOTRIZ David Lema, presidente de Andrea y especialista en psicomotricidad, fue el encargado, durante estos meses, de dirigir un test psicomotor y potenciar capacidades de los usuarios tales como la atención, la memoria o la discriminación de tamaños, colores o formas. Todo ello con la inestimable colaboración de los 17 asnos de Andrea: “Es un animal al que le gusta la cercanía y el contacto y con mucha memoria y capacidad de colaboración”, asegura Lema. Auxiliares y cuidadores del Centro Residencial Valverde y de la Unidad Residencial Troncoso, encargados del acompañamiento de los usuarios, destacaban este jueves los avances logrados en este periodo: “É unha experiencia satisfactoria para eles. Saen relaxados, tranquilos. É unha terapia de apoio máis que, ademais, prolóngase no tempo. Sempre queren volver”, dice Jonathan Alejandro Vergara, cuidador del Centro Valverde. “Vienen, se relajan… El tema de abrazar, del cariño… Se nota mucho. Vienen muy contentos. Esta actividad ha sido maravillosa”, apunta Helda Lópes, trabajadora de la Unidad Residencial Troncoso.