Con un ambiente propio de la estación, Allariz vivió ayer la segunda jornada de su tradicional Feira de Outono, que este año cumple su decimoséptima edición. Desde primera hora de la mañana, las fuertes lluvias intermitentes se alternaron con amplios claros, invitando a los vecinos y visitantes a aprovechar tanto la amplia oferta de actividades bajo techo como las realizadas al aire libre.
A este último apartado se corresponde la salida al monte en busca de cogumelos acompañados de un experto, que dio comienzo a las diez y media de la mañana desde el instituto alaricano y que contó 'con una importante participación de personas, bastante más que en años pasados', según afirmó Cristina Cid, teniente de alcalde y responsable de promoción económica en el Concello de Allariz. Y es que a esta experiencia, 'que cada año cuenta con más seguimiento', se apuntaron alrededor de 70 personas en esta edición.
Quienes quisieron evitar mojarse, pudieron acercarse al pabellón deportivo del Instituto de Allariz, que reune más de 40 stands en los que se exhibe una amplia variedad de artículos relacionados con el otoño, especialmente en el terreno de la alimentación (setas, miel, nueces, avellanas, chorizos o productos elaborados del cerdo, además de licores o productos artesanos elaborados en la villa alaricana, como la cerveza Dama Alaricana o los procedentes de la producción ecológica promovida desde el Concello con fondos europeos).
TRASIEGO CONSTANTE
El trasiego de gente de todas las edades y de familias completas, tanto de Allariz y provincia como de otras procedencias, era constante en el recinto desde la apertura de este improvisado e inabarcable mercado, a las once de la mañana, y hasta las ocho de la tarde, momento de cierre del recinto.
Pero además, esta feria ofreció una serie de actividades paralelas, como un taller de reciclaje en el mismo recinto del pabellón del instituto; 'faladoiros' con experiencias de negocios montados en el rural, en el 'Fogar dos Maiores'; la presentación del libro 'Volve a cociña dos larpeiros', de Benigno Campos, o un concierto de Carlos Blanco y Budiño.
Quienes quisieron evitar mojarse, pudieron acercarse al pabellón deportivo del Instituto de Allariz, que reune más de 40 stands en los que se exhibe una amplia variedad de artículos relacionados con el otoño, especialmente en el terreno de la alimentación (setas, miel, nueces, avellanas, chorizos o productos elaborados del cerdo, además de licores o productos artesanos elaborados en la villa alaricana, como la cerveza Dama Alaricana o los procedentes de la producción ecológica promovida desde el Concello con fondos europeos).
TRASIEGO CONSTANTE
El trasiego de gente de todas las edades y de familias completas, tanto de Allariz y provincia como de otras procedencias, era constante en el recinto desde la apertura de este improvisado e inabarcable mercado, a las once de la mañana, y hasta las ocho de la tarde, momento de cierre del recinto.
Pero además, esta feria ofreció una serie de actividades paralelas, como un taller de reciclaje en el mismo recinto del pabellón del instituto; 'faladoiros' con experiencias de negocios montados en el rural, en el 'Fogar dos Maiores'; la presentación del libro 'Volve a cociña dos larpeiros', de Benigno Campos, o un concierto de Carlos Blanco y Budiño.