La gente tiene que estar en condiciones de correr y traer calzado adecuado, recomienda Javier Feijóo, uno de los promotores del Boi
Coincidiendo con la celebración religiosa del Corpus, la villa alaricana celebra este fin de semana la recta final de la Festa do boi. Una celebración organizada por y para los vecinos de Allariz que cada año atrae a centenares de visitantes. Francisco Javier Feijóo, secretario de la Asociación Xan de Arzúa, nos desvela los secretos de la fiesta en cuya organización participan más de un cententar de personas.
¿Cómo se ha desarrollado la primera semana? La participación de los aficionados está siendo muy buena, pero este año los bois están siendo bastante bravos y hemos tenido algunos golpes, nada graves, en su mayoría fruto de la inexperiencia. ¿A qué se debe? Lo que ocurre es que cada vez resulta más difícil encontrar bois de corte o establo, y hay que traerlos de los montes, donde pastan al aire libre 13 ó 14 meses. Por lo que, a la hora de participar en la carrera, intentan escapar por donde pueden.
¿Alguna recomendación para el fin de semana? Primero, que estén en condiciones de correr y que traigan el calzado adecuado y, sino se ven capacitados, que busquen un lugar para verlo. Luego la gente tiene que tomar conciencia de los peligros que acarrea la propia carrera, que no se puede venir a correr con niños, ni tampoco con perros.
¿Dónde está el secreto para atraer a tanta gente? Llama la atención el tipo de fiesta, el ambiente, muy distinto a las celebraciones y romerías que acostumbramos a ver en Galicia. Además, fuera de lo que sería la propia carreira do boi, contamos con muchas actividades y muy participativas.
¿No tienen miedo de qué la gente se canse de tanto boi? Tenemos el éxito asegurado mientras la gente del pueblo disfrute de la fiesta. Que venga la gente de fuera no nos preocupa tanto como el hecho de mantener la participación vecinal. Luego Allariz tiene el aforo que tiene, tanto en la calle como en los hoteles o el propio camping, y en el momento que ese aforo llene, la fiesta no podrá crecer más.
