Un incendio dejó ayer en la calle a dos hermanos en el pueblo de Fondodevila (Baños de Molgas). Las llamas se declararon posiblemente a causa de un cortocircuito cuando los dos hombres dormían. Al percatarse, salieron corriendo con lo puesto mientras el fuego calcinaba todo el inmueble.
Los hermanos Aurelio y José Antonio González, de 52 y 60 años, se quedaron ayer en la calle al incendiarse su vivienda en la localidad de Fondodevila, en el municipio de Baños de Molgas. Las llamas se declararon sobre las 07.20 horas posiblemente a causa de un cortocircuito en la instalación eléctrica cuando los dos hombres dormían. Uno de ellos se despertó con el ruido y el humo y, tras avisar a su hermano que dormía en una habitación contigua, ambos salieron corriendo con lo puesto.
En la construcción del inmueble, de plata baja, predomina la madera, lo que facilitó la combustión. Sólo quedaron las cuatro paredes, que son de piedra. Menos mal que uno de ellos se percató del fuego y salieron por su propio pie, porque pudieron morir abrasados dentro, lamentaba un vecino.
Las llamas calcinaron todos los enseres y pertenencias de los dos hermanos en el interior y amenazaban con propagarse a las viviendas colindantes. Al lugar acudieron varios vecinos, una patrulla de la Guardia Civil y el Grupo de Intervención Rápida de Baños de Molgas, que fue el encargado de controlar el fuego.
Los operarios continuaban a las siete de la tarde en la zona enfriando los rescoldos, dado que había peligro de que se reavivara el fuego y afectara a las viviendas cercanas.
Los dos hermanos, ambos solteros, se instalaron después en otra casa que tienen en el pueblo, pero que carece de todo tipo de servicios básicos, incluida la luz eléctrica.
Al lugar también se desplazaron técnicos municipales, que, tras valorar la situación, daban instrucciones a una brigada para que adecentara el inmueble en que se instalaron los afectados, dotándolo de agua y fluido eléctrico. Mientras, el alcalde, Eladio Mangana, y la asistente social, hacían gestiones ante la Administración con el objetivo de recabar ayudas para reconstruir lo más pronto posible la casa siniestrada.
Mantas, comida y ropa de vestir
José Antonio y Aurelio compartían la vivienda con una hermana que estaba durmiendo en otra casa. Los tres se han quedado prácticamente con lo puesto. Incluso ni tuvieron tiempo de recoger el dinero que tenían en la casa para los gastos diarios. Ayer, los vecinos se volcaron con ellos ofreciéndoles comida, dinero, ropa de vestir y de abrigo e incluso una habitación para refugiarse hasta que se reconstruya su vivienda.
En la construcción del inmueble, de plata baja, predomina la madera, lo que facilitó la combustión. Sólo quedaron las cuatro paredes, que son de piedra. Menos mal que uno de ellos se percató del fuego y salieron por su propio pie, porque pudieron morir abrasados dentro, lamentaba un vecino.
Las llamas calcinaron todos los enseres y pertenencias de los dos hermanos en el interior y amenazaban con propagarse a las viviendas colindantes. Al lugar acudieron varios vecinos, una patrulla de la Guardia Civil y el Grupo de Intervención Rápida de Baños de Molgas, que fue el encargado de controlar el fuego.
Los operarios continuaban a las siete de la tarde en la zona enfriando los rescoldos, dado que había peligro de que se reavivara el fuego y afectara a las viviendas cercanas.
Los dos hermanos, ambos solteros, se instalaron después en otra casa que tienen en el pueblo, pero que carece de todo tipo de servicios básicos, incluida la luz eléctrica.
Al lugar también se desplazaron técnicos municipales, que, tras valorar la situación, daban instrucciones a una brigada para que adecentara el inmueble en que se instalaron los afectados, dotándolo de agua y fluido eléctrico. Mientras, el alcalde, Eladio Mangana, y la asistente social, hacían gestiones ante la Administración con el objetivo de recabar ayudas para reconstruir lo más pronto posible la casa siniestrada.
Mantas, comida y ropa de vestir
José Antonio y Aurelio compartían la vivienda con una hermana que estaba durmiendo en otra casa. Los tres se han quedado prácticamente con lo puesto. Incluso ni tuvieron tiempo de recoger el dinero que tenían en la casa para los gastos diarios. Ayer, los vecinos se volcaron con ellos ofreciéndoles comida, dinero, ropa de vestir y de abrigo e incluso una habitación para refugiarse hasta que se reconstruya su vivienda.
