Las inmobiliarias de Allariz reciben llamadas a diario de posibles nuevos vecinos, sin embargo, deben inscribirlos en listas de espera para que éstos puedan acceder a un alquiler. En algunos casos las listas son de 13 personas a día de hoy, en otros, de hasta medio centenar.
La falta de obra nueva en la villa desde hace más de una década, el bum turístico -con el incremento de viviendas turísticas, hoy 38 en total-, o el encarecimiento de los alquileres en las grandes ciudades -lo que terminaría motivando la búsqueda en Allariz de un alquiler más contenido- parecen estar detrás de un fenómeno que, desde la pandemia, no ha hecho más que incrementarse. En el Concello afirman “ter coñecemento” de esta situación que, por un lado, “preocupa”, pero, por el otro, “dá esperanza”, en palabras del teniente de alcalde, Bernardo Varela.
El padrón, por otro lado, confirma que Allariz resulta atractiva para vivir, y la cifra en este sentido sigue creciendo, llegando este diciembre, y según datos municipales, a 6.534 habitantes -a 1 de enero de 2022, según el INE, era de 6.348 habitantes-. “Hoy en día, en alquileres, nada. Digamos que hoy entra una disponible y mañana ya tenemos encargo. Vivienda para vender muy poquito también”, dice Moncho Rodríguez, de Inmobiliaria Moncho. “Es una locura, no hay. Cada día nos llaman entre siete y ocho personas. Tenemos una lista de espera de entre 50 y 60 personas”, añade.
PROBLEMA GENERALIZADO
La misma situación se vive en Orgadisa, en donde también hay lista de espera: “Desde el covid, lo de vivir en Allariz se disparó. La gente quiere mucha casa con terreno”, dice Adrián Espiñeira. “Tenemos llamadas todos los días. Le tomamos los datos a quien nos contacta, aunque alguno ya declina ponerse en la lista. Yo opino que no aumenta el censo en Allariz porque no hay vivienda”, lamenta el trabajador.
El alquiler de pisos ronda los 400 euros de media, pero el de las casas y chalé llega a cifras insólitas para Allariz: entre 700 y 800 euros al mes. “Antes la gente alquilaba, pero ahora son muchos los que prefieren ofrecer vivienda turística por el bum de Allariz. Esos pisos se han quitado del mercado”, puntualiza Adrián.
Son muchos los alaricanos residentes en el País Vasco que tienen una segunda vivienda en la villa. En estos casos el alquiler no se contempla como opción, aunque las viviendas no estén ocupadas todo el año. Hay también una importante comunidad de emigrantes retornados de Brasil, Venezuela y Cuba que contribuyen a incrementar el padrón: “El 80 por ciento de los pisos que he alquilado en los últimos años ha sido a gente joven que ha vuelto de Venezuela o Cuba”, concluye Adrián.
PENDIENTES DE NUEVAS CONSTRUCCIONES
Muchos fueron los constructores que, en el año 2009, se jubilaron o no fueron capaces de superar la crisis de aquel entonces. Este es uno de los motivos que está detrás de la falta de edificios de alquiler o venta en Allariz. “Distinto é o caso dos constructores que fan vivendas unifamiliares, que seguiron e continúan traballando a bo ritmo”, subraya Bernardo Varela. “Estamos pendentes de que saia adiante algunha construcción de edificación, sobre todo, impulsada por esta demanda importante”, adelantó. La propia alcaldesa, Cristina Cid, asegura que se está trabajando para poner suelo a disposición, mediante el diseño de áreas de reparto. “Esto pode solventar parte do problema habitacional. Pero no caso de pisos e vivenda colectiva, o problema é que non quedan promotores”, explica. “Agora mesmo está en proxecto máis de un edificio. Confiamos en que comece a construcción porque parece que hai relevo”, añade. Por otro lado, desde Allariz piden una regulación del número de viviendas para uso vacacional y turístico. Cada vez hay más y, según la regidora, “está retirando un número importante de vivendas de aluguer residencial en favor do aluguer turístico. Esto para Allariz estase convertendo nun problema importante”, concluye la primera edil alaricana.
