La Novena afronta su recta final tras un intenso fin de semana con numerosos visitantes y peregrinos en Monte Medo. Los fieles apuran los últimos días para rendir devoción a la virgen. Durante el fin de semana no tuvo lugar el Rosario de la Aurora, ya que el sábado estuvo dedicado a la Peregrinación de la Juventud y el domingo, día sagrado en el catolicismo, el protagonismo fue para la iglesia diocesana. Hoy sí, las parroquias cercanas al Santuario vuelven a dirigirse a Monte Medo en un evento que fue recuperado este año tras la suspensión por la pandemia. Los visitantes de hoy proceden de las parroquias de Tioira, Xunqueira, Vilar, Santiso, Escuadro, San Miguel Ramil, Asadur y A Costa.
En las intenciones especiales de la Novena para hoy, el día está dedicado a las familias y al cuidado del don de la vida. Precisamente este año se ha constado en la Novena un incremento en el número de familias jóvenes que se han acercado a Monte Medo incluso desde antes del inicio de la Novena. En su intervención durante la Novena, el predicador de este año, Francisco José Prieto ha destacado la figura de María como Madre. “La figura de la Madre es ternura, presencia, cercanía y esta idea se traslada plenamente a Os Milagros”, señala. El predicador recuerda que esta “es una oportunidad para los creyentes de ser escuchados, de celebrar su fe en comunidad, de sentirse acompañado y al mismo tiempo descubrir una expresión solidaria y fraterna”.
La celebración también tiene una parte profana y la romería siempre ha sido uno de los detalles distintivos de celebración. La pandemia alteró la tradicional estampa de los puestos ambulantes y de comida. Este año se recupera la presencia de algunos puestos de comida en la zona exterior del santuario. Muchos de los asistentes aprovechan el día para comer en las proximidades del Santuario de Os Milagros, dando paso a la parte más profana de la festividad. Así, disfrutan del lugar y además reponen fuerzas tras el esfuerzo de llegar al santuario a pie o en bicicleta.