El poder del discurso alaricano

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photo_camera La investigadora colombiana Daniela Chavarría.
Daniela Chavarría estudió en Colombia Diseño Estratégico, centrado en la teoría de la Antropología, y en la Universidad de Wageningen realizó un Máster en Desarrollo e Innovación Rural que le llevó a profundizar en el modelo Allariz.

Una comunidad empoderada, consciente de la importancia de cuidar su entorno y en la búsqueda de un crecimiento sostenido y sostenible son algunos de los pilares básicos sobre los que se sustenta, según la investigadora colombiana Daniela Chavarría, el progreso rural. No menos importante es el poder del discurso en este sentido y, sobre todo esto, Allariz tiene mucho que decir. 

Durante siete meses, Chavarría se empapó de la historia de la villa, desde su revuelta vecinal motivada por la contaminación del río Arnoia, hace tres décadas, hasta su imbatible podio como gestora de zonas verdes que ostenta en la actualidad. Lo hizo en el marco de una tesis -punto final a su máster- que llevó por nombre "El poder de los discursos en la desperiferalización rural" y que le sirvió para contraponer el modelo alaricano al de Frigento, en Italia, que, como muchos pueblos europeos, se encuentra amenazado por la despoblación. 

La investigadora, que acaba de acceder a un nuevo "grant" o beca para seguir trabajando en este sentido en la localidad italiana -ya lo hizo allí durante seis meses y como práctica profesional de su máster antes de volcarse en Allariz-, espera poder aplicar los conocimientos adquiridos en su inmersión alaricana, sobre todo, en materia de empoderamiento. "El fenómeno del éxodo rural se da en todo el mundo. Estas comunidades no saben cómo volverse atractivas para que la gente se quede", explica Chavarría. "Sin duda, en Frigento, lo que más me sorprendió es que la gente me decía que allí me iba a aburrir, que no había nadie. Yo les decía que el primer paso para hacer de aquel lugar un sitio atractivo era que ellos lo vendieran bien", añade. 

Los profesores de Daniela, que se preguntaba "si habría algún caso, dentro de todo este panorama tan negativo, que tuviera un discurso distinto", la pusieron en contacto con Mario Pansera, investigador italiano residente en la villa alaricana y que acaba de conseguir la bolsa Starting Grant del Consejo Europeo de Investigación. A partir de aquel momento, Chavarría inició la realización de la tesis centrada en Allariz, en sus dinámicas sociopolíticas, económicas y en su discurso. La pandemia impidió que pudiera realizar un trabajo de campo, por lo que tuvo que adaptarse a la vía telemática. 

En medio de todo el proceso, la investigadora mantuvo conversaciones con cargos institucionales de la villa, trabajadores municipales y vecinos, llegando a la conclusión de que existía una alineación en sus discursos, inquietudes, y compromiso. "La diferencia de Allariz con Frigento es cómo la comunidad alaricana habla de ella misma, cómo se vende", explica la investigadora, quien asegura que "hay muchísima literatura académica sobre Allariz, sus cambios ambientales, la recuperación de la agricultura y la economía o el compostaje y cómo todo esto ha afectado a la forma en la que la comunidad ha respondido a su propia identidad". La investigadora reflexionó, además, sobre la revuelta de 1989, el nuevo paradigma sociopolítico y cómo los vecinos se hicieron agentes de su propia realidad. 

Chavarría realizó un análisis de discurso de todas las entrevistas realizadas en Allariz, comprobando que las palabras más repetidas eran, entre otras, "nosotros", "hacemos", "economía", "emprendimiento", "poder", "comunidad", "ambiente", "futuro" o "compostaje". En este sentido y a pesar de que los entrevistados reconocían la necesidad de seguir trabajando y mejorando aspectos de la villa, el discurso de todos fue, según la investigadora, "bastante homogéneo en la medida en la que todo el mundo cree en el atractivo por el cual está trabajando. Además, en cuanto a responsabilidad no existe un discurso distinto entre un vecino y un trabajador del Concello. La gente está tan empoderada y concentrada en el beneficio que, por ejemplo, el compostaje trae a la comunidad, que toma parte de la responsabilidad y la comparte con el Concello. Son aliados y esto hace que los procesos sean mucho más fáciles". La investigadora, que espera conocer pronto la villa, concluye que la forma en la que Allariz se vende no solo se basa en un discurso "sino que hay mucho trabajo detrás, con acciones, acercamientos a la comunidad por parte del gobierno y cambios de política".

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