La Diputación provincial de Ourense informaba ayer del inicio del proceso de expropiación forzosa de los terrenos necesarios para acometer la ejecución de las obras de construcción de la futura perrera comarcal de la Baixa Limia (8.212 habitantes según el Instituto Galego de Estadística), que se ubicará en el municipio de Muíños.
La parcela, que afecta una superficie total de 5.344 metros cuadrados y que es propiedad de la Comunidad de Montes Veciñais en Man Común de Abeleda, Torrente y Veiga, está situada en las inmediaciones del actual punto limpio y la microplanta de residuos sólidos urbanos de Barxés, en uno de los márgenes de la carretera OU-1201 entre Bande y Muíños. Contra el inicio del procedimiento de expropiación forzosa, que se oficializó con el anuncio en el Boletín Oficial de la Provincia, los propietarios podrán formular las alegaciones que consideren oportunas en el plazo de 15 días hábiles.
La construcción del centro comarcal cuenta con una subvención de 150.000 euros por parte de la Axencia de Desenvolvemento Rural (Agader) y, una vez abierto, será gestionado por el ente provincial (cofinanciado entre la Diputación y los cinco concellos beneficiados). El proyecto, al que ya han manifestado su adhesión los ayuntamientos de Bande, Lobeira, Lobios, Entrimo y Muíños, se prevé que esté listo en 2014.
La futura perrera pondrá fin a una vieja reivindicación vecinal, así como de los propios mandatarios locales que, en determinadas épocas del año (durante la temporada de caza y en verano) tiene que hacer frente a numerosos casos de canes abandonados sin los medios ni recursos adecuados.
La construcción del centro comarcal cuenta con una subvención de 150.000 euros por parte de la Axencia de Desenvolvemento Rural (Agader) y, una vez abierto, será gestionado por el ente provincial (cofinanciado entre la Diputación y los cinco concellos beneficiados). El proyecto, al que ya han manifestado su adhesión los ayuntamientos de Bande, Lobeira, Lobios, Entrimo y Muíños, se prevé que esté listo en 2014.
La futura perrera pondrá fin a una vieja reivindicación vecinal, así como de los propios mandatarios locales que, en determinadas épocas del año (durante la temporada de caza y en verano) tiene que hacer frente a numerosos casos de canes abandonados sin los medios ni recursos adecuados.
