Manín se resiste al abandono

Manín es un pueblo de la sierra de Santa Eufemia, con unas privilegiadas vistas del embalse de Lindoso y una zona vieja - “o Manín vello” le llaman los vecinos- con viviendas que datan de 1726 y que, pese al abandono y la maleza que invade algunas edificaciones, conservan el carácter y la arquitectura tradicional. Durante el año, la de Graciela Estévez es la única casa abierta del pueblo viejo (en la carretera viven otras seis familias), pero con la llegada del verano son varios los lugareños que regresan a la aldea. “Isto é moi bonito, pero a sensación é de abandono total. Hai moita xente que ven paseando e o di: parece que o pobo está abandonado”, comenta Graciela que, junto con Magalín Marinheiro, hacen de guías en un recorrido por caminos estrechos y empinados, “que os días de choiva, parecen ríos porque non temos canalizacións”, dicen. La falta de accesos a Manín ‘vello’, es otra de sus reivindicaciones. “Hai xente interesada en comprar casas, pero se botan para atrás porque ven o que hai… Aquí non entra un camión, nin unha ambulancia... ‘como facemos a reforma?’ é a primeira pregunta que fan”, asegura Magalín, señalando la posibilidad de prolongar un vial que da acceso a la parte alta, “serían 30 metros”, dice. El desprendimiento del camino que lleva hasta la capilla de Santa Eufemia, y en cuya reparación ya está trabajando el Concello de Lobios, “poderíase haber evitado porque xa en xaneiro lles advertimos que isto podía pasar e que por aquí pasa xente, tractores… por sorte non houbo que lamentar desgrazas”, comenta Graciela, quien pide que se tomen medidas y que no pase lo mismo con el poste de la luz que da servicio a todo el pueblo. “Si se cae, quedámonos todos sen luz porque a caixa está aí”, añade Magalín, que vive en la zona de la carretera. Una incidencia de la que son conocedores en el Concello, que ya ha dado indicaciones al electricista para solventar la situación. “En la medida de lo posible, se han atendido sus reivindicaciones. La brigada irá a limpiar como todos los años y, dentro de lo que podamos, seguiremos actuando. Tenemos 72 núcleos de población y vamos atendiendo en función de la urgencia, de la prioridad”, señala la alcaldesa en funciones, Mari Carmen Yáñez, quien reconoce que “nos gustaría urbanizar todo con piedra y hormigón, obra nueva que incluye ya las canalizaciones, pero depende de las posibilidades, de los vecinos… Lo de la apertura de un nuevo vial, no es factible si no está contemplado en el PXOM”, dijo. Iglesia itinerante Desde el Consistorio mantienen que la mayoría de los vecinos de Manín, concentrados en la carretera, tienen cubiertos los servicios. “Los propios vecinos escogieron irse hacia allí. Es cierto que hoy vive una persona en la parte antigua, pero estuvo tiempo sin que viviera nadie”, dijo Yáñez, reconociendo las dificultades de la administración local para invertir en la humanización de un pueblo donde casi no vive nadie. “Hai pouca xente, pero é o pobo que máis nenos ten do colexio xunto a San Paio, e nin así. Estivemos dous anos a choiva porque non había marquesina e puxéronnos un parque infantil, si. Reciclado de Lobios”, insiste Magalín. Curiosamente, la falta de población llevó, en 1769, al traslado de la iglesia de San Salvador de Manín hasta Aceredo. Un emplazamiento que no sería el definitivo puesto que, con la construcción del embalse de Lindoso en 1992, los vecinos lograron llevar el templo a Compostela.