Me parece muy bien que algunos ayuntamientos hayan tomado medidas a fin de evitar que los bancos continúen dejando a los ciudadanos en la calle por el impago de las hipotecas.
Es de recibo que en una época de crisis haya que echar una mano a todo aquel que aun queriendo no puede hacer frente a sus obligaciones porque se ha quedado sin trabajo o porque sus ingresos hayan disminuido de una manera tan considerable que no le alcance el sueldo apenas para poder alimentar a su familia. Lógicamente, es de esperar que este apoyo que los ayuntamientos solicitan de las entidades financieras, sea solamente a este tipo de necesidades y no a aquellos que, por citar algún ejemplo, tienen dos viviendas y pagan la hipoteca de la segunda, por saber que los acuerdos a que están llegando el Gobierno y las entidades habla de no embargar la primera, y de esta manera dejan sin pagar ésta, que es de la que no les van a echar.
Y lo que es más lógico también es que las administraciones, en este caso los ayuntamientos, consignen una importante partida presupuestaria para estos fines, ya que tal y como están haciendo ahora, están exigiendo a las entidades financieras que sean ellas las que realicen una política social, que les correspondería a las administraciones.
También es de justicia señalar que los ayuntamientos deben de mirarse el ombligo, porque ¿cuántas empresas que realizan obra pública han tenido que cerrar y sus trabajadores se han ido al paro por falta de pago de los trabajos que han realizado para esos mismos ayuntamientos que ahora exigen tanta conciencia a los bancos? ¿Es que no han visto que muchos de los que ahora no pueden pagar sus hipotecas trabajaban en las empresas que los propios ayuntamientos han arruinado y forzado su cierre por demorarse en los pagos e incluso impagar los trabajos que para ellos realizaban? Es bueno que estén forzando a la evitación de los desahucios, pero ojo, doble moral no.
Y lo que es más lógico también es que las administraciones, en este caso los ayuntamientos, consignen una importante partida presupuestaria para estos fines, ya que tal y como están haciendo ahora, están exigiendo a las entidades financieras que sean ellas las que realicen una política social, que les correspondería a las administraciones.
También es de justicia señalar que los ayuntamientos deben de mirarse el ombligo, porque ¿cuántas empresas que realizan obra pública han tenido que cerrar y sus trabajadores se han ido al paro por falta de pago de los trabajos que han realizado para esos mismos ayuntamientos que ahora exigen tanta conciencia a los bancos? ¿Es que no han visto que muchos de los que ahora no pueden pagar sus hipotecas trabajaban en las empresas que los propios ayuntamientos han arruinado y forzado su cierre por demorarse en los pagos e incluso impagar los trabajos que para ellos realizaban? Es bueno que estén forzando a la evitación de los desahucios, pero ojo, doble moral no.
