la chispa que nos une

Nadie es más que nadie sino que cada uno está viviendo el momento que le corresponde. Y sin embargo a veces me sorprendo pensando en lo pillado que estoy en mis prejuicios y miedos. Cuando sería más fácil apostar por lo que nos une que lo que nos separa, con ironía llego a la conclusión de que todos esos estratos que tan cuidadosamente vamos construyendo más que enaltecernos nos distancian y nos aíslan de un contexto de autenticidad hacia el otro.
En lo más hondo despreciamos al que sufre porque le percibimos inferior o recelamos de quien nos supera. Pero en el fondo todo obedece a un fenómeno de compensación.

Yo por ejemplo, en mi egocentrismo, me gusta que la gente piense que soy lo que no soy, y para ello intento que se crea que debajo de las capas defensivas que construyo para proteger mi dignidad, mi estatus, está la necesidad de que me valoren de tal o cual manera. Y por debajo de eso, sigue estando algo tan simple como lo auténtico y esencial.

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