corregir el abandono del mundo rural

La ideología del sistema de producción dominante desarrolla los alicientes convenientes para vivir y desarrollarse en las grandes concentraciones urbanas, al mismo tiempo que desprecia los valores del vivir en el mundo del campo en contacto más directo con la naturaleza. En la configuración de esta situación de declive y deterioro se han unido además limitaciones del medio físico (orografía, altitud, etcétera) y climatológicas.
La dinámica económica de una sociedad basada exclusivamente en el mercado como referente de las actividades humanas carece de una estrategia pública para corregir estos desequilibrios. Con esta perspectiva, no cabe esperar más que la intensificación futura del abandono de lo rural en estos amplios espacios. España y Galicia renuncian al aprovechamiento de la riqueza del mundo rural y lo convierten en un erial.

La actual política de 'austeridad' y de 'recortes' no provoca un nuevo asentamiento de la población como sería deseable. Los retornados de las grandes concentraciones encuentran un mundo rural más vacío y desprotegido que cuando se vieron obligados a abandonarlo. La vida social de comunicación, de ayuda, de solidaridad se ha visto empobrecida. Los recortes brutales en servicios básicos afectan de manera significativa a una población envejecida, a veces decrépita. Las ayudas a domicilio, la ley de dependencia, la teleasistencia se han liquidado en los ajustes de cuentas de resultados. Los números no representan las necesidades de los ciudadanos.

La corrección del abandono del mundo rural requiere una reorientación de las políticas territoriales en general al tiempo que anime a los empresarios a descubrir su belleza y su productividad, pero, al mismo tiempo, exige centrarse en la educación y en la investigación del mundo del campo hasta constituirlo en valor humanístico.

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