Hoy, día 28 de abril, se celebra el día Mundial de la Seguridad y Salud en el Trabajo. La Organización Internacional del Trabajo (OIT), como todos los años, con el fin de promover la prevención de los accidentes de trabajo y las enfermedades profesionales a escala mundial, realiza campañas de sensibilización concebidas para centrar la atención internacional en las tendencias emergentes en el campo de la seguridad y la salud en el trabajo, así como en la magnitud de las lesiones, las enfermedades y los fallecimientos relacionados con la actividad laboral en todos los países miembros.
Satse (Sindicato de Enfermería) recuerda a sus profesionales que siendo su principal labor el cuidado de los demás, no descuiden el suyo propio, que el trabajo no debe en ningún caso ser lesivo para su integridad física ni psíquica ni a corto ni a largo plazo.
Que hoy en día, por la realidad que vivimos, aumentan de forma desmesurada los llamados riesgos psicosociales, vinculados a cómo se organiza, diseña y gestiona el trabajo, y también al tratamiento que se da a sus consecuencias, ya que el deterioro de la salud mental y física en estos casos no son tratados como problemática del ámbito laboral sino que se difumina en el conjunto de enfermedades de rango común, creando un círculo vicioso, pues mientras no se ataje el problema de raíz y se hagan medidas correctivas, la situación del trabajador seguirá en riesgo.Pero lo que no es de recibo es que si esas situaciones causan baja laboral no lo hagan a través de accidente laboral o enfermedad laboral, es decir, como consecuencia del trabajo; esto si llevaría a las empresas a poner particular atención en su actividad laboral y que en sus lugares de trabajo se apliquen unas buenas prácticas de salud y seguridad, exigiendo primero una buena formación a los mandos o jefes y como resultado final sería el conseguir una cultura preventiva en la que participarían todas las partes interesadas (empresario, mandos, delegados de prevención y trabajadores) que repercutiría en crear un buen clima laboral.
Que hoy en día, por la realidad que vivimos, aumentan de forma desmesurada los llamados riesgos psicosociales, vinculados a cómo se organiza, diseña y gestiona el trabajo, y también al tratamiento que se da a sus consecuencias, ya que el deterioro de la salud mental y física en estos casos no son tratados como problemática del ámbito laboral sino que se difumina en el conjunto de enfermedades de rango común, creando un círculo vicioso, pues mientras no se ataje el problema de raíz y se hagan medidas correctivas, la situación del trabajador seguirá en riesgo.Pero lo que no es de recibo es que si esas situaciones causan baja laboral no lo hagan a través de accidente laboral o enfermedad laboral, es decir, como consecuencia del trabajo; esto si llevaría a las empresas a poner particular atención en su actividad laboral y que en sus lugares de trabajo se apliquen unas buenas prácticas de salud y seguridad, exigiendo primero una buena formación a los mandos o jefes y como resultado final sería el conseguir una cultura preventiva en la que participarían todas las partes interesadas (empresario, mandos, delegados de prevención y trabajadores) que repercutiría en crear un buen clima laboral.
