Han pasado exactamente doce meses desde que Mariano Rajoy anunciara que habría recortes 'en todo' menos en las pensiones.
Pues, por mucho que mareen la perdiz, no es cierto. Los pensionistas pagarán (el pato o la perdiz, da igual) de todas aquellas veleidades de nuestros frívolos políticos. Me recuerdan estas ligerezas voluntariosas, al glamur con el que, en los desfiles de moda, modelos despampanantes, lucen vestidos con transparencias para animar al mercado del sector. En ambos casos se mezclan frivolidad con ilusión, para conseguir el propósito final. Una vez pasada esta efervescencia. Tanto el vestido como la promesa del gobierno, se aparcan por no dar la talla que ya se sabe.
