desahucios y responsabilidad política

Cuando hace más de una década se comenzaron a dar préstamos sin ton ni son, había dos figuras que quizás no fueron tenidos del todo en cuenta por las entidades y por las leyes vigentes de préstamos hipotecarios o de otro tipo, me refiero claramente a la figura de los evaluadores o jefes de riesgos, y de otro lado a los inspectores del Banco de España.
En un tercer capítulo estaban los responsables políticos, quienes de forma paralela dieron las instrucciones muy claras para que se abriese la mano y se diesen préstamos, con perdón de la expresión que a alguno puede molestar, hasta a los antepasados. Con esta situación enredada, pues nos encontramos con lo que nos encontramos, de ser un préstamo algo excepcional, a ser una práctica habitual.

El sistema globalizado de conceder préstamos a la carta ha puesto de manifiesto que tanto las sociedades bancos o cajas que los suscribieron, como los propios políticos, no analizaron en profundidad al parecer, los ratios de riesgo ni los balances, y fiaron dinero a quien en un futuro no lo podría devolver. De ahí la importancia de extender la responsabilidad de tales préstamos no sólo a quienes lo han suscrito, sino también a quienes de forma equivocada o arriesgada no han adoptado las medidas o garantías de cobertura de dicho préstamo.

Media verdad es peor que la mentira, crearon ilusiones y compromisos de por vida a personas que no tenían capacidad para pagar, y ahora viene el rescate del préstamo, el desahucio. Tales entidades, y tales políticos que no se quejen, pues no hicieron los deberes como correspondía, ni estudiaron a fondo las operaciones de riesgo, sino que daban las tales como rosquillas de San Antonio. A tales polvos, estos lodos.

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