déspotas en el trato con los camareros

He ido al banco y estuve 41 minutos de espera, prácticamente hacinados en el cajero porque no se cabía.
La gente conversaba sobre los quehaceres cotidianos, sin queja. Acto seguido pasé por la oficina de Correos, donde tras una línea dibujada en el suelo se esperaba turno sin más. Para completar la mañana, cita en el médico. 114 minutos más tarde de lo que marcaba mi cita, me llamó con voz pausada y despreocupada la doctora, obviamente ni una disculpa por la espera. Esperamos colas prácticamente en todos los ámbitos que marcan nuestro día a día. Y horarios. Todo se rige por horarios de apertura y cierre que se respetan sin cuestionar.

Pues bien, soy camarera. Y sólo quisiera dejar constancia, de que el trato recibido por nuestro sector ha pasado a ser el de sirviente. Llevo 15 años en la profesión (aclaro porque no soy una intrusa cabreada por las circunstancias), me gustaba mi trabajo de cara al público, pero ahora las personas se han vuelto déspotas en el trato, desconsideradas, impacientes, irrespetuosas. Haría falta una página completa para contar lo que tenemos que oír a diario.

Trabajamos en el sector de restauración y ocio, ¿no? Pues bien, si pueden permitirse un rato libre en compañía de amigos y familia y pagar por ello, disfrútenlo porque pueden considerarse afortunados, y dejen de dar el 'coñazo' a los camareros, con quejas, amenazas y malos modos.

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