desprotección ante el narcotest, menudo experimento

El otro día un amigo me comentaba que yendo a recoger a unos compañeros a la estación de autobuses, a eso de las siete de la mañana de un domingo, la Guardia Civil le paró y le realizaron un control de alcoholemia, que dio negativo puesto que estaba recién levantado y llevaba durmiendo toda la noche, aunque hubiese bebido una cerveza o un licor no le habría dado positivo.
Al terminar con el control de alcoholemia le realizaron el famoso 'narcotest'. Después de un buen rato, al terminar, el test dio positivo. Según mi amigo había fumado un poco de marihuana la noche anterior, mientras veía una película en su casa y así se lo hizo saber al agente, que reconoció que lo veía en perfectas condiciones para conducir.

El 'narcotest', aunque sea capaz de discriminar entre sustancias y entre la presencia de estas o no en el organismo, es incapaz de baremar el nivel de los principios activos de dichas drogas como haría un alcoholímetro, haciendo imposible determinar una medida en aire o sangre a partir de la cual concluir que supone un riesgo para la conducción. Pero claro, los consumidores de cánnabis no cuentan con los potentes 'lobbys' que sí tiene la industria del alcohol.

Piensen ustedes que toman por la noche una copa de vino, o una cerveza, solo una, y que al día siguiente por la mañana bien temprano, cogen el coche y les hacen un control y dan positivo porque han bebido la noche anterior, no se encuentran bajo los efectos del alcohol pero residualmente la máquina determina que la sustancia se encuentra en el organismo, le quitan seis puntos y tienen que pagar mil euros. Es una situación de completa indefensión, gran afán recaudatorio, mucho mercado negro, poca investigación científica, pocas aplicaciones prácticas y una visión estigmatizada. Ahora, vayan ustedes a recurrir con las tasas del tío Gallardón. Si es que, como dice un profesor que conozco, este es el país de las grandes ideas, anteponemos estas a los derechos de las personas y a las normas que vienen de más arriba. Recordatorio para aquellos que den por zanjado el asunto, aludiendo a lo ilícito del consumo de cannabis en España: su consumo no es ilegal.

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