El caso de los bebés 'robados' ha sido noticia repetida hasta la saciedad, pero hasta el momento, no se ha podido probar nada, y así no se sabe lo que puede haber de cierto, ya que, después de tantos años (todo esto se sitúa en la posguerra), la mayoría de los hipotéticos padres habrán muerto. Aunque cuando la realidad se enreda con las emociones todo se relativiza, ya que con facilidad se puede hasta cambiar de sexo, ¿cómo no va uno a empecinarse hasta conseguir una solución conforme a los propios deseos?
Si sabemos que las parejas del mismo sexo no pueden tener un hijo en común, pero pueden encargarlo a un vientre de alquiler para satisfacer sus deseos o su ego, aunque esto suponga forzar los sentimientos maternos más naturales, ¿por qué no va a estar permitido reclamar un hijo después de 50 años, si a lo mejor nos mintieron y se lo llevó una monja? No importa que, ahora, con el ADN, se pueda esclarecer el parentesco, los hay empecinados que desprecian la biología para seguir en insistiendo en dar trabajo a los jueces. Y así, tal vez lleguen a redefinir la identidad y el parentesco, para que cada uno pueda decidir quién es su familia, digan lo que digan los laboratorios.
