emotivo funeral en la catedral

'Hay penas que pasan/ y penas que duran./ La de verse en el mundo sin madre/ no se cura nunca'.
España fue su patria inolvidable y Ourense su ciudad querida. Si, española y gallega al máximo. Jamás pudo olvidar a su querido Ourense, aunque llevase en Santiago de Chile más de medio siglo. Su ilusión fue viajar a la ciudad de As Burgas siempre que pudo. Tenía preparado el viaje va a hacer dos años, pero, pero... sin pensarlo... de pronto su último suspiro se quedó en Santiago, al que tanto quería. Sus hijos nacieron allá, pero lejos de su España querida, rodeada de su familia. Sus tres hijos la adoraban, lo mismo que sus nueras y nietos. Una familia siempre muy unida y que, por fortuna, así continúa.

Sus cenizas, la mitad en Chile, con su esposo y familiares de allá. La otra mitad quiso que reposara en San Francisco, con sus padres, abuelos, hermana, tíos. Su inolvidable tío Francisco, aquel estupendo sacerdote de cuerpo entero.

A las cinco de la tarde del día 6 se celebró un funeral en la Catedral. Preciosa capilla del Santo Cristo, en donde se había celebrado su boda. Cristo, que no olvidó jamás, y por el que siempre tuvo una gran devoción. Ofició la ceremonia el canónigo don Perfecto González Sulleiro, emotiva recordativa. Paco hizo muy bien su papel de monaguillo, y el cantar, perfecto. Gracias.

Gracias también a don Perfecto por el recuerdo tan bonito, tan certero, que dedicó a nuestro tío, que durante tantos años pisó la Catedral queriéndola y trabajando por ella.

La capilla, a rebosar de familia y amigos. Sus tres hijos, Pablo, Toño y Peque, sus nueras y nietos quisieron estar presentes en este acto dedicado a su madre. Para ello vinieron de aquellas lejanas y bonitas tierras, leyendo nueras y nietos, Rocío y Katia, unos lindos mensajes llenos de ternura, a su madre y abuelita.

Descansa en paz querida Feli, que continúes pidiendo por todos, contenta por estar con tu familia y que tus hijos estén siempre tan entrañablemente unidos, como Antonio y tú lo estuvísteis.

Reposa feliz en San Francisco y en tu querido Ourense. No te olvidamos nunca. Un beso de tus hermanos.

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