dos enamorados

Cogidos de la mano entran en la iglesia para escuchar misa, pero esta vez acompañados de su hija Isabel con su hijo Lois y su marido Toño.
Es un día especial, hace 50 años que entraban en la iglesia, esta vez de la mano de los padrinos para dar consentimiento y recibir la bendición a una unión de dos personas que se amaban y que, después de 50 años, renuevan su compromiso. Por momentos se miran, por momentos sienten la necesidad de cogerse, llevan toda la vida juntos. Los días y los años pasaron. Desde el banco de una iglesia, el fruto de una vida pasa despacio por sus recuerdos. Ellos, los señores Siota Pérez, llegado el momento de la paz se dan un beso, en él se dicen tantas cosas, en ese beso está escrito un 'gracias amor'. Sólo ellos lo saben, porque están enamorados y se quieren.

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