a fada e o dragón

A fada e o dragón, situada en el Paseo de Alfonso XII de Vigo, es una escultura fundida en bronce de Xaime Quessada.
Representa un hada con dos flautas sentada sobre el lomo de un dragón alado. Con la misma, el artista rinde homenaje a la rica cultura oral de Galicia, a los poetas, cantores y trovadores medievales que, como Martín Codax, Pero Meogo, Mendiño y Paio Gómez Chariño, cantaron las bondades del mar de Vigo, Martín Codax nos muestra la preocupación por el amado en 'Ondas do mar de Vigo'. Olas que aparecen en otros poemas casi siempre agitadas. En el poema de Pero Meogo 'Levantou-s ´a velida' hay tres personajes, muchacha, amado y ciervo. Nos sitúa ante un ejemplo más de identificación de ciervo y amante, no precisamente por los cuernos.

Es curioso porque el ciervo también aparece como animal de culto en la cultura celta; la identificación entre ciervo y amante la encontramos igualmente si no recuerdo mal en la Biblia, la lírica árabe, la Eneida, entre otras. En el caso del poema aludido, el ciervo está herido, de ahí el hecho de que revuelva el agua de la fuente intentando encontrar refrigerio. Es una herida de amor, dado el contexto en que se inscribe el símbolo y el poema.

Mendiño, al igual que Martín Codax, también esperaba por el amigo, pero en la ermita de la Isla de San Simón, donde le cercaron las olas sin barquero ni remero.

Al parecer había un santuario en época trovadoresca, dependiente del Monasterio de Poio. Entre los siglos XIII y XIV fue, presumiblemente, enclave templario. Paio Gómez Chariño destacó frente a la flota que remontó el Guadalquivir al conquistar Sevilla para la Corona de Castilla. Su majestuoso sepulcro preside la iglesia de San Francisco de Pontevedra.

Hay un libro que recomiendo, escrito por Jorge Parada Mejuto, editado por Caixanova en colaboración con la Autoridad Portuaria de Vigo y el Consorcio de la Zona Franca, donde el autor, doctor en Historia Marítima y ex gobernador civil de Pontevedra, trata de recuperar la figura de este almirante y trovador gallego, prácticamente desconocida, a pesar de haber desempeñado un destacado papel político en la corona de Castilla. ¡Que placer tan inmenso releer este verano a nuestros trovadores frente a la aguas de las Cíes! y escuchar el eco de sus voces Al alba que cantó Pero Meogo y con olas que, lejos de agitarse, rompen mansas y apacibles que 'A fada e o dragón' parecen divisar expectantes desde la lejanía, quizá en espera del amigo. 'Ondas do mar de Vigo, se vistes meu amigo? E ai Deus se verrá cedo'.

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