felicidades a la cara amable de la agencia tributaria

En estos tiempos tan denostados para la sufrida clase funcionarial, es un deber de bonhomía el resaltar aquellas actuaciones que sobrepasan de las obligaciones que tienen conferidas -que son muchas- en sus competencias administrativas. Nos estamos refiriendo a doña Aurora Díaz, que recientemente ha pasado a la situación de 'jubilosa' a propia petición en su puesto de la Agencia Tributaria de Ourense.
Era la cara amable de la Agencia, no sólo para los sufridos usuarios, sino para los propios compañeros. Estaba siempre sonriente, atenta, receptiva, comprensiva y diligente, presta a solucionar lo que se le interesaba o aminorar sus efectos, asesorando y encaminando a los usuarios en sus diversas citas con la Administración, etcétera, etcétera. En fin, era el modelo y prototipo que anhelamos hallar en todos los funcionarios de la Administración.

Esperemos que su impronta haya creado escuela y que no retornemos en la Agencia Tributaria a las jocosas viñetas de La Codorniz sobre los funcionarios.

Muchas felicidades Aurora, y que disfrutes en tu nueva situación de la dicha que te deseo en unión de todos los tuyos. Cuenta con mi agradecimiento y de la totalidad de los 'habituales' de la Agencia Tributaria.

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