EL FRACASO DE LA IZQUIERDA

No cabe duda a nadie que piense con cierta objetividad, que una gran parte de la izquierda, caracterizada por el ateísmo, el laicismo y el totalitarismo ideológico, domina la cultura y el modo de pensar de las sociedades democráticas de los países occidentales, imponiendo sus ideas y principios contrarios -aborto, eutanasia, homosexualidad, feminismo, contracepción, etcétera- a las tradiciones cristianas seculares, preponderantes desde muchos siglos atrás.
Desde este punto de vista, evidentemente no se puede decir que la izquierda ha fracasado, porque mantiene ese predominio ideológico, cultural e incluso social, con el que trata de informar y reconstruir esas sociedades, a través de muchos intelectuales, artistas, sociólogos, juristas, etcétera, y una buena parte del pueblo llano, que participan plenamente de ese modo de pensar anticristiano y anticatólico.

Ahora bien, en lo que sí ha fracasado la izquierda española especialmente y la de otros países europeos como Grecia, Portugal e Irlanda, es en la economía. Y es que, a pesar de haberse adaptado a los postulados del capitalismo, no ha sabido ni querido nunca adaptarse a sus reglas de orden y eficiencia económica; ha preferido siempre imponer a todos los ciudadanos su ideología destructiva del cristianismo, sin importarle el gasto, el endeudamiento o la productividad.

De ahí que jamás le haya importado para nada el coste de las plazas escolares, mucho más baratas en la enseñanza libre y concertada que en la pública; el coste de los gastos hospitalarios, el despilfarro de subvenciones a ONG extravagantes sin más mérito que su afinidad ideológica; las subvenciones cuantiosas a los Sindicatos, y muchas otras corrupciones llevadas a cabo durante el Gobierno de Zapatero.

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