Gracias por acordaros de Acisclo Fernández Manzano, mi padre

Me he decidido a escribir esta carta en estos duros momentos para mí y para mi familia, debido a todas las muestras de cariño que hemos recibido estos días. De alguna manera nos sentimos en deuda con vosotros, ya que si bien no hay nada que pueda mitigar el dolor de la pérdida que sufrimos, sí nos ayuda, y mucho, a llevar mejor la situación. Nos habéis hecho ver algo que por otra parte ya sabíamos: que mi padre, Acisclo José Fernandez Manzano, era una persona muy querida y apreciada a la que se le tenía un cariño enorme.
Han sido muchos los mensajes de apoyo que recibimos: vía móvil, redes sociales, telegramas y centros florales que tuvisteis el detalle de hacernos llegar y nos acompañaron en todo momento.

Pero lo que más nos ayudó, fue ver a toda esa gente que pasó, que os pasasteis, por el tanatorio de As Burgas y por la iglesia de Nuestra Señora de Fátima. Que estuvisteis allí, cerca, llorando con nosotros y compartiendo el dolor tan estrechamente. Amigos que le han acompañado toda la vida, en su barrio de O Couto, de su pandilla Albatros; compañeros de la emisora con los que tantas horas compartió y seguía teniendo mucha relación; varias personas vinisteis expresamente desde Madrid por la mañana para estar a nuestro lado y os volvisteis después del funeral; compañeros míos de diferentes equipos, como Real Valladolid y Deportivo; amigos nuestros y suyos de Ourense, Valladolid y Coruña; toda la familia reunida, propia y política, aunque el amor que sentía por las dos era el mismo, y más amigos que él tenía y también estabais allí.

Por el tanatorio pasasteis mucha gente, y cuando llegamos a la iglesia fue sobrecogedor ver a esa cantidad de gente reunida, esperándole, para despediros de él y estar a nuestro lado, fue y es una ayuda tremenda para pasar estos duros momentos.

Él ha sufrido mucho en esta vida, seguramente como mucha gente, pero aun así, siempre estaba bromeando. Siempre sacaba una broma, una frase tonta o un chiste, bueno o malo, para hacer reír a los que estábamos al lado. Era un hombre muy bueno y, según mi abuela, demasiado bueno. Todos estábamos orgullosos de él, con sus defectos, por supuesto, pero era muy bueno.

Y eso lo demostrasteis todos cuando acudisteis a despedirlo esta semana pasada. De verdad que nos habéis ayudado mucho y, de verdad, que cada vez que lo recuerdo, lo primero que me sale es una sonrisa. Y eso es seguro lo que él quería, que todos lo recordemos así, con una sonrisa. Recordando sus bromas y teniendo siempre presente que la vida, aunque te golpee, siempre tienes que intentar disfrutarla.

A mí, además de esos recuerdos, me quedan sus vinilos de Bob Dylan, Eugenio, Les Luthiers, Neil Diamond, Alan Parsons Project, Status Quo y muchos más...

Él decía que cuando yo era pequeño me llamaban Tsesito, Tse-Tse pequeño, o decían que era el hijo de Tse-Tse, y que él ahora era el padre de Borja, y estaba lleno de orgullo. Más orgulloso estoy y he estado siempre yo, de ser 'el hijo del Tse-Tse'.

MUCHÍSIMAS GRACIAS.

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