GRACIAS, DON BENIGNO

Quiero agradecer públicamente la mano tendida y el buen consejo que siempre ha tenido hacia mi persona don Benigno Moure, como alumno que he sido, y después como amigo siempre lo tuve por tal, y sé que de alguna manera siente afecto hacia mi persona.
Puedo decir sin temor a equivocarme que don Benigno es una persona brillante y singular, ha sido una de las personas más lúcidas de nuestra comunidad, algo que sólo, y como a tantos, la historia lo pondrá en su sitio. Luego llegarán los homenajes, pero antes de que ocurra quiero desde mi humilde posición ser uno más de todos aquellos que pedimos a gritos el indulto de tan alto personaje, al que tantos deben gratitud, y que gracias a él, a su trabajo y a sus buenas ideas, hoy hay residencias de ancianos, donde mucha gente puede llevar a sus seres queridos, dado que la sociedad moderna, la misma que condenó a don Benigno, nos educa así: ante la vejez, abandono. Gracias a don Benigno y a gente como él, el abandono ha pasado de ser un hecho a una palabra más.

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