n n nAunque resido en Granada, tengo y siento el orgullo de ser ourensana y gallega y un profundo amor a mi ciudad y a mi tierra que se acrecienta en la distancia y en el tiempo y se renueva cada verano al volver a empaparme del paisaje, del paisanaje y de la delicia de una ciudad con la que me identifico.
Mi pasado de luchas sociales también esta vinculado, así como toda la gente inolvidable que, durante muchos años, pusieron toda su energía y esfuerzo al servicio de un presente y un futuro libre, humano y solidario. Con mucha tristeza y preocupación leo, en el periódico que usted dirige, la persecución a la que se está sometiendo al alcalde de Ourense, Francisco Rodríguez, al que conozco y siempre he admirado por su hombría de bien y su llana entrega a la causa de la educación pública entonces, y a la ciudad desde su elección como alcalde. Un hombre honrado y noble en un mundo de caciques impunes, al que se está tratando como al peor de los facinerosos, mientras los facinerosos campan a sus anchas e imponen las reglas del juego. Como persona de bien, ourensana y vieja socialista, todo mi ánimo y apoyo para nuestro alcalde. Y el ruego que no dimita, porque Ourense necesita desde siempre a alguien como él que, pese a quien pese, piensa más en sus ciudadan@s que en sí mismo. Señor director, le agradezco el tratamiendo periodístico que La Región está dando a esta situación, evitando todo sensacionalismo y ensañamiento. Es de agradecer en el desierto periodístico de esta España nuestra.
