Homenaje a mi marido D.Juan Prol Cid

Perdóname si me marché tan de improviso, sin ni siquiera despedirme, fue Dios el que determinó mi camino para que yo aumentara mis conocimientos y sobre todo para que me encontrase con mis queridos padres.

A mí me despertó este pensamiento un rayo de sol que entraba por la ventana, iluminando los dibujos de colores de la alfombra de la habitación.

Era pleno día y tú no estabas, contemplé un poco las partículas de polvo que volaban en la luz sobre uno de los estantes entre los manuscritos tantas veces acariciados por ti.

Entre los libros una araña estaba tendiendo su tela, también radiante en este mes de julio por la luz del sol; me volvieron a la mente muchos recuerdos vividos en nuestras vidas… no hay palabras para describir lo que sentí en las horas siguientes; basta decir que mi aventura puede ser comparada a una bajada a los Infiernos…

En aquel momento… toqué fondo, estaba temblando.

Todos están de acuerdo en afirmar que detrás de la muerte o en esos muros, hay una puerta preparada para invadir toda la Tierra pero Dios sabe cuando serán abiertas; ha pasado casi un mes de esta aventura y como toda historia de un juglar-poeta dice así:

Debéis tomar esta con prudencia

Separad el barro y aprovechad el oro

No déis paso a las vulgaridades

Hallais (guardarlas como un tesoro)

No desprecieis a quien os lo ha contado

Y recordadle en vuestras oraciones

A quien todos imploraremos perdones

Al final de nuestro camino andado

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