HONDURAS, LEJANA Y CERCANA

'Abrid escuelas, y se cerrarán cárceles' (Concepción Arenal).
Muchas millas marinas me separan de la República de Honduras. Sin embargo, a mayor lejanía, mayor es mi cercanía sentimental hacia sus gentes. Allí transcurrieron los primeros años de mi feliz infancia. Sobre su suelo inicié la aventura de caminar, y en su espacio me fue otorgado el don de la palabra. Gracias a aquel pueblo hospitalario y generoso, mis padres encontraron el pan para sí y para sus hijos, que la España de los años cuarenta les negaba. Es, por tanto, que las dichas, pocas, y las desdichas, muchas, de los hondureños no me son ajenas.

El país es el mayor productor de plátanos en el mundo, y, al mismo tiempo, el segundo más pobre del planeta. Ocupa, por desgracia, el primer lugar en índice de criminalidad en el ranking del continente americano. Las cárceles se encuentran hacinadas. Un país tutelado por el Tío Sam, quien ha entronado y destronado gobiernos, elegidos por sufragio universal, cuando los intereses de sus grandes multinacionales del plátano (United Fruit Co., United Brands, etc.) se han visto afectados por tímidas reformas agrarias.

El imperialismo bélico de antaño, hoy muda de ropaje. Tolera como auspicia el voto en urna. ¿Cómo? Sencillamente, instruyendo a la mayoría analfabeta existente cómo votar, qué llevar o qué no llevar a los centros de votación. Transcribo las palabras de la señora Lisa Kubiske, embajadora de los Estados Unidos en Honduras, en declaraciones a la prensa, luego de afirmar que su país había financiado con cantidades ingentes tal cometido. Hasta ahí su ayuda a la alfabetización, amén de consejos al Tribunal Supremo Electoral y al Registro Nacional de las Personas, acudiendo a supervisar las acreditaciones identificativas de los votantes. Y, es que hay que mojarse en la cuestión de alfabetizar, temiendo como teme el yanqui a una escolarización masiva.

Gracias al método educativo 'Yo sí quiero', ideado por la pedagoga cubana Leonela Really, y llevado por maestros de su país a muchos países sudamericanos y asiáticos, en muchos lugares se ha desterrado el analfabetismo, y otros están alcanzando grados satisfactorios. El citado sistema educativo ha recibido en dos ocasiones el Premio Rey Sejong, que la ONU concede para la educación, la ciencia y la cultura. Me satisface que una universidad nuestra, la de Girona, le haya otorgado el Premio Mestres 68 en el año 2011. Pues, bien, en Honduras se implantó en 2008 tal sistema de alfabetización, con un horizonte de territorio libre de analfabetismo en 2015. Mucho me temo que tal horizonte no se alcance, pues al yanqui no le interesa un pueblo alfabetizado, por mucho que su embajadora se empeñe en una educación ad hoc. O sea, decirle al votante cómo y a quién votar. Me duele Honduras.

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