Indecencia e ignominia

Palacios, coches oficiales dignos de deidades, superfluas embajadas autonómicas, traductores en el Senado, pensiones vitalicias, ministerios ridículos e inútiles, subvenciones a partidos políticos, a organizaciones empresariales, a sindicatos, a exóticas ONGs.
Tantas indecencias han dado lugar a la ignominia de congelar las pensiones de los jubilados y a rebajar el sueldo de los funcionarios. ¡Qué nos quedará por ver!

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