Un lacerante mapamundi

“Puedes arrancar al hombre de su país, pero no puedes arrancar el país del corazón del hombre”
 (John Dos Passos). 

Acabo de recibir el boletín de “Refugiados” (2022/1) que edita la Agencia de la ONU para los Refugiados (UNHCR/ACNUR). Su lectura es desoladora. Es como una lava volcánica incandescente que sepulta toda sensibilidad que pueda albergar cualquier ser, que se diga racional. Contemplo el mapamundi publicado. Un gráfico salpicado de puntos de sangre purulentos, de hambrunas pertinaces, de encapotadas enfermedades. Una pesada mochila de la que hombres, mujeres y niños buscan seguir sobreviviendo allende sus hogares a lugares que le son ajenos. Malvivirán, los muchos, en atestados campos de refugiados.

En la página de las “Emergencias” se dibujan esos puntos indicativos de los desplazamientos humanos, buscando un refugio. Una corriente de refugiados que, en lugar de descender, se ha visto incrementado con el conflicto  bélico Rusia-Ucrania.  No todo son guerras como causa de estas riadas humanas migratorias. Se destaca la incidencia del cambio climático, causante de tantos desastres naturales, de proyectos voraces del hombre dañando el medio ambiente. En 2021, se contabilizan más de 30 millones de desplazamientos internos por tal motivo.

Vayamos a las estadísticas de los distintos desplazamientos, por otros motivos expuestos en el precedente referido al cambio climático. Son las guerras y sus secuelas: Siria, 5,6 millones de refugiados, 6,7 millones de desplazados internos; región de Sahel, 2,5 millones de refugiados y desplazados; Yemen, 4 millones de desplazados internos, 20 millones de necesitados de ayuda humanitaria; Afganistán, 3,5 millones desplazados internos, 2,6 millones de refugiados; Ucrania, 854.000 desplazados internos, y cifra sin cerrar de refugiados.

No son simples números, son vidas humanas. Víctimas de la insaciable sed de poder de algunos, de mercenarios del terror, que se enriquecen con la venta de armas para los otros. Desgraciadamente en la publicación ni son todos los que están, ni están todos los que son. ACNUR solamente se encarga de aquellos refugiados que puedan optar libremente por la integración local, reasentamiento en otros países o retornar a su país de origen. De ahí que sea otra agencia de la ONU, la UNRWA la que se encarga de los refugiados palestinos, que rechazan la integración con Israel,  y  se niegan reasentarse en otro país.

Démosle la mano a todo refugiado. “Los muros no son la solución. Los refugiados están ahí en la frontera, porque hay muchas puertas y corazones cerrados” (papa Francisco).

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