LA LACRA DEL ABSENTISMO

Resulta muy triste que los propios cargos políticos de la Junta de AndalucÍa, reconozcan y afirmen como algunos de sus funcionarios, abandonen el puesto de trabajo para: 'realizar compras en El Corte Inglés, dar paseos sin horarios de vuelta y desayunos de hora y media'.
Que este tipo de escaqueos sea práctica habitual, resulta, cuando menos. vergonzoso. Concretamente, la secretaria general de la Delegación de Obras Públicas y Transporte de Málaga, Yolanda Agudo, ante tal desmadre, todo lo que se le ocurrió es dar 'un severo toque de atención a sus subordinados', cuando lo procedente sería sancionar con todo rigor dichos anormales comportamientos. Posiblemente, doña Yolanda, lo primero que debería preguntarse es si los jefes están en su sitio y con qué frecuencia se ausentan.

Desde otro punto de vista, el absentismo injustificado es otra forma de corrupción y una de las principales inquietudes, tanto de las empresas privadas como de la Administración que impiden mejorar la productividad. Si tal como afirma la CEOE, cada día faltan al trabajo en España un millón de personas, el doble de la media europea (dando ejemplo como siempre), tal cifra supone un coste de 13.000 millones de euros (el 1% del Producto Interior Bruto, PIB).

La lacra del absentismo no es nada nuevo en España y concretamente, en la empresa privada, se redujo un 90% en el año 2009 por temor a la pérdida del puesto de trabajo. En las distintas administraciones, simplemente aplicando el Régimen Disciplinario de la Función Pública, habría desaparecido un alto porcentaje de abusos. Claro que previamente, para aplicar sanciones y obrar con justicia, deben ser los jefes y responsables los primeros en predicar con el ejemplo.

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