LA LARGA MANGA DEL URDANGA

En relación con el caso Urdangarín, aparecía en El Mundo, el pasado día 10, una noticia sobre el espabilado contable del Instituto Nóos, Marcos Tejeiro, que así se llama el ilustre estratega de las finanzas ducales, diseñador de un sistema multidireccional de facturas para evadir fondos públicos a paraísos fiscales. Vamos, lo que se dice una joya de fichaje, aunque en esta ocasión no estuvo a la altura de las circunstancias y terminó derrumbándose en el interrogatorio policial.
El hecho de montar un tinglado para tributar lo mínimo, deporte nacional predilecto tras el fútbol, sin duda obedecía a que todos ellos andaban cortitos de recursos económicos, pero la estrategia arbitrada era tan sumamente torpe y rudimentaria que el pastel tardó nada y menos en descubrirse. Llama poderosamente la atención como es posible que ninguna de las administraciones, ni empresas públicas ni privadas posiblemente engañadas (?), entregaran con tanta facilidad y a cambio prácticamente de nada a estos 'vendedores de humo' tales cantidades de dinero.

Ignoramos si tras la última confesión del citado contable le habrá producido a Urdangarín otra mueca de risa como la que luce en el semanario Hola. En la foto de El Mundo, el duque de Palma (no sabemos por cuanto tiempo), aparece con rostro nervioso y preocupado a la puerta de su 'apeadero' en Washington, casita de mil metros cuadrados por la que paga de alquiler 6.000 euros mensuales, más el mantenimiento del palacete de Pedralbes, por el que abonó seis millones de euros más 850.000 en decoración.

Sin duda alguna, nos encontramos ante un verdadero mago de la ingeniería financiera que, al poco tiempo de introducirse en el mundo de los negocios le permitió adquirir la citada propiedad y disponer de un poder adquisitivo nada común.

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