Cuando la ley se vuelve injusta la rebelión se vuelve la norma. O así lo decía en una ocasión Thomas Jefferson, que fue el tercer presidente de los EE.UU. Y así debería suceder. Como premio a su funesta gestión al frente de la CAM (Caja de Ahorros del Mediterráneo), la ex directora de la entidad, la señora Amorós, se autoadjudicó recientemente una pensión vitalicia de más de 350.000 euros al año. Pero no satisfecha con eso ha solicitado también la prestación de desempleo.
Podría concluirse que a veces la ley protege a los sinvergüenzas. Como bien es conocido la ex directora de la CAM (señora Amorós) fue cesada de modo fulminante al intervenir el Banco de España dicha entidad por quiebra. Finalmente la señora se ha apuntado al paro. Y cobrará de las arcas públicas durante dos años la prestación máxima de 1.400 euros al mes. El fraude podría servir de ejemplo para el caso de Bancaja, o Novacaixagalicia (lo de los apellidos es lo de menos).
