LEYES Y DEMOCRACIA

Con todos los grandes temas que leemos en el BOE o en el Código Penal en la mano, resulta que la ley que más usamos, porque también es la más democrática, es la ley natural, ley que no está escrita en un código, pero ha inspirado siempre las legislaciones más positivas.
Así, la referencia a la ley natural como a los derechos humanos, recogen la idea fundamental: que hay criterios morales que preceden no sólo a acuerdos, sino a nuestras diferencias de credo, raza o cultura. Así, hablar de ley natural es hablar de principios básicos que no dependen de ninguna autoridad, ya que proceden a todas, o sea, que la ley natural la llevamos puesta por ser humanos, por eso la ley natural es la más democrática.

Claro que los desacuerdos entre nosotros no se refieren a la ley natural en sí, sino en su materialización en algunas circunstancias, casi siempre políticas ya que no discutimos si debemos ser justos o no, discutimos sobre la justicia en algunas circunstancias, y en todo lo que discutimos si nos dejamos llevar por los sentimientos podemos engañarnos con facilidad. De ahí que la ley natural nos ofrece a solución, ya que nos invita a obrar con rectitud sin perder de vista los compromisos de nuestros actos. Así, ahora mismo, hay que lamentar el bajo nivel político y social, donde la demagogia, el oportunismo político y la razón hacen olvidar la ley natural, que es la ley por excelencia.

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