Vivo en la Plaza de las Palmeras de Vigo, un buen lugar para vivir y disfrutar, pero hay quienes, despreciando las normas básicas de convivencia, se empeñan día tras día en que esto no sea así. Me refiero a esos muchachos que con sus monopatines saltan sobre el suelo de la plaza, sobre los bancos de cemento, o en los soportales, causando un fuerte y molesto ruido.
¿Existen normativas u ordenanzas para delimitar el uso de monopatines? Sí, en muchas localidades de España las autoridades locales han sido receptivas con las quejas de los ciudadanos y han aprobado ordenanzas al respecto. Y aquí cerca, para vergüenza de Vigo que bien podría tomar ejemplo, el Ayuntamiento de Vilagarcía limita el uso de monopatines, patinetes o similares, sólo a zonas habilitadas. Se multa el permanecer patinando en plazas, zonas o calles peatonales, excluyendo de esta medida a los menores de ocho años.
¿Por qué en Vigo no hay ninguna ordenanza a este respecto? Existe una de convivencia y ocio que tiene su fundamento en la defensa, entre otros, del derecho al descanso y tranquilidad vecinal, pero como parece que fue concebida principalmente para combatir el botellón, como no se junten en esta plaza muchos monopatinistas con litronas, no hay nada que hacer, a pesar de los muchos escritos dirigidos a la alcaldía y llamadas a la Policia Local, todo ello en vano, por lo que me encuentro de-samparado, desesperanzado, desatendido y despreciado por los que gobiernan esta alcaldía, y en especial por el señor alcalde, que emplea nuestros impuestos en humanizar calles y crear áreas de monopatines.
¿Por qué en Vigo no hay ninguna ordenanza a este respecto? Existe una de convivencia y ocio que tiene su fundamento en la defensa, entre otros, del derecho al descanso y tranquilidad vecinal, pero como parece que fue concebida principalmente para combatir el botellón, como no se junten en esta plaza muchos monopatinistas con litronas, no hay nada que hacer, a pesar de los muchos escritos dirigidos a la alcaldía y llamadas a la Policia Local, todo ello en vano, por lo que me encuentro de-samparado, desesperanzado, desatendido y despreciado por los que gobiernan esta alcaldía, y en especial por el señor alcalde, que emplea nuestros impuestos en humanizar calles y crear áreas de monopatines.
