llorando por navidad

Voy caminando, de frente una chica llorando me llama la atención, en su mano, un pañuelo estrujado y húmedo; sus ojos, tristes.
En un momento nuestras miradas se cruzan, mis ojos ven a una mujer triste, quizás por un disgusto familiar, quizás amoroso, quizás... sabe Dios lo que. Es igual, es un ser humano llorando que va por una calle llena de gente, y nadie se fija en ella. Su tristeza es sólo de ella, ese vaso amargo sólo lo catan sus labios, nadie ha prestado atención en un ser humano que por algún motivo sufre y nadie repara en él. Llegará a su lugar de destino, se repondrá, pasará el disgusto, y con el tiempo no se acordará de ese día.

En la calle ha dejado un reguero de lagrimas, ha dejado una estela de tristeza, ha cruzado sus ojos con personas que la vieron pasar. Un día será comentario en conversaciones de cafetería, alguien dirá que un día vio una chica triste por la calle, sin saber que por la calle hay mucha gente triste, unos lloran, otros lo callan, pero durante los días de Navidad nadie debería pasear su aura triste por una ciudad engalanada.

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