LAS MALDADES DE DON BENIGNO

Pregunta: ¿Cómo está don Benigno?
Respuesta: No tan mal. Tengo la conciencia tranquila.

Sólo faltaba... Quede el remordimiento para quien quiso vivir con lo de los demás, pero no para los demás.

¿Respetamos la ley? Respetémosla. Es necesario. Pero reconozcamos también que más de una vez lo que hace es legitimar flagrantes injusticias.

¿Y un indulto tan fácil y generoso en otras ocasiones, tan merecido en este caso, no debiera haerse brindado a don Benigno, incluso antes de haber sido humildemente solicitado por él? No podía concederse. No podía concederse por tratarse de un sujeto punible, peligroso y reincidente. Ofrecía el grave riesgo de que pudiera seguir haciendo el bien; más bien. ¿Razones ideológicas? Quién lo sabe... Puede que hasta esas cotas de sectarismo morboso se pueda llegar.

Don Benigno: El olvido más frío para los depredadores de tu obra. Tu salud, tu edad biológica, no es la espiritual, es lo que preocupa.

Por lo demás cuentas con un amplio colchón de reconocimientos y de simpatía. ¿Arropado por tu equipo de colaboradores, cuantos que conozcamos pueden presentar una hoja de servicios a la sociedad como la tuya¿ ¿Cuántos? Me acuerdo de algún caso parecido que también desde hace años está sufriendo como tú los zarpazos de la ingratitud.

Cosas que en la vida de otra persona pudieran suponer una ignominia por merecidas, en tu caso terminarían siendo un blasón para tu obra y un nuevo título de nobleza para tí. Nunca me atreví a demonizar las cárceles. En adelante jamás.

Tenías que redondear tu personalidad y conseguir lo poquito que te faltaba: Experimentar otro sangrante costado de una sociedad herida y ver su marginación desde otra nueva ventana. No la verás impasible... Seguro.

Todos sentimos esta situación. Incluso quisiéramos compadecerte, si no lo considerásemos como una ofensa. No podemos hacerlo conociendo tu capacidad humana, el masivo respaldo de la sociedad y, sobre todo, el refugio y dispositivo espiritual de que dispones y del que has sacado siempre las energías con que has hecho todo lo mucho que has hecho. para cuantos te conocemos no existe la obra de don Benigno. Existe la obra de la fe de don Benigno. Sólo así...

Termino con lo que me permite el papel, no con lo que me dicta el corazón.

'A donde llevó la sociedad a uno de sus heroicos servidores'. ¿Podría esta frase servir como título de algún capítulo (que no fuera el último, por supuesto) en la biografía de don Benigno? Me atrevería a sugerirlo.

Le mataron, le enterraron. Eso le pasó al Maestro, pero era bueno. Al fin resucitó.

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