Hay supermercados donde se están instalando máquinas que hacen la función de una cajera: tú pesas los productos, los pasas por el lector de código de barras, pagas y ya te puedes marchar.
Recuerdo cuando mi padre tenía que llenar el depósito de gasolina del coche, recorría unos kilómetros para que un operario se lo llenase. El decía: pago lo mismo y no voy a trabajar yo.
Las multinacionales todas, no voy a nombrar ninguna, están ahorrando en mano de obra, la labor que debían de hacer los operarios la están haciendo los clientes con ayuda de estas máquinas. Este ahorro en personal no se le aplica a los producto.
Vas al banco y el empleado te dice: haz tus operaciones en el cajero.
En las multinacionales del fast food, esperas sin rechistar, te dan una bandeja con tu comida sin platos o de cartón, recoges el servicio, pagas por anticipado y no protestas. El mismo precio tiene un menú del día en un restaurante habitual, en donde te sirven en platos de verdad, servilletas y manteles de tela, se paga al final y encima si tardan un poco nos quejamos.
En fin, somos humanos y como humanos seguimos comportamientos y hábitos, nos manipulan y lo consentimos. Las multinacionales nos manejan: psicología de masas.
Siempre hay rebeldes con causa, como mi padre que prefería desplazarse unos kilómetros para que ese operario siga teniendo su puesto de trabajo.
Las multinacionales todas, no voy a nombrar ninguna, están ahorrando en mano de obra, la labor que debían de hacer los operarios la están haciendo los clientes con ayuda de estas máquinas. Este ahorro en personal no se le aplica a los producto.
Vas al banco y el empleado te dice: haz tus operaciones en el cajero.
En las multinacionales del fast food, esperas sin rechistar, te dan una bandeja con tu comida sin platos o de cartón, recoges el servicio, pagas por anticipado y no protestas. El mismo precio tiene un menú del día en un restaurante habitual, en donde te sirven en platos de verdad, servilletas y manteles de tela, se paga al final y encima si tardan un poco nos quejamos.
En fin, somos humanos y como humanos seguimos comportamientos y hábitos, nos manipulan y lo consentimos. Las multinacionales nos manejan: psicología de masas.
Siempre hay rebeldes con causa, como mi padre que prefería desplazarse unos kilómetros para que ese operario siga teniendo su puesto de trabajo.
