Cuando se habla del envejecimiento de la población pensamos en nuestra vieja Europa, pero si miramos al otro lado, tampoco están mejor, ya que el Extremo Oriente envejece más de prisa, lo que tal vez suponga el fin del modelo que impulsó su desarrollo, su fuerte economía, su mano de obra abundante y barata y poco gravada, debido a sus pocos costes sociales. Por lo tanto, todos los países se enfrentan a los mismos problemas de envejecimiento de la vieja Europa.
Japón es hoy el país más envejecido, y aunque en esperanza de vida es el número uno, su tasa de fecundidad no repone su población, o sea, que los países que hoy son más jóvenes que Europa y Estados Unidos, en poco tiempo los superarán en vejez. Y así, aunque Asia no es partidaria de los inmigrantes, va a necesitarlos para no perder población activa, pues el régimen de Pekín habla ya de abandonar la política del hijo único que había impuesto hace años, puesto que ahora el problema demográfico del país es el envejecimiento y el descenso de la población.
