la música en la mística de tagore

Para Tagore la música es inspiración y don de Dios en cuyas sagradas manos se siente humilde flauta (instrumento de amplias resonancias orientales): 'Tú hasllevado por valles y colinas esa flautilla de caña y has silbado en ella melodías eternamente nuevas'.
La mente divina es la creadora de la belleza del cosmos que, como armonía, es música que arroba el alma del genial poeta y músico excepcional Tagore: 'La luz de tu música ilumina el mundo, su aliento va de cielo en cielo, su raudal santo vence todos los pedregales, y sigue en un torbellino adelante (...) ¡Ay, cómo me coges el corazón en el enredo infinito de tu música, Señor!'.

Las experiencias místicas de la belleza de Dios lo hacen sentirse imperfecto y le arrancan la profunda ternura de una oración: 'Mi vanidad de poeta muere de vergüenza ante ti, Señor, poeta mío. Aquí me tienes sentado a tus pies. Déjame sólo hacer recta mi vida y sencilla, como una flauta de caña, para que tú la llenes de música'.

El poeta quiere ser arpa que transmita la música eterna de Dios (amor, sobre todo a los necesitados, y paz) y, en el vuelo definitivo, rendirse ante Él para que haga sus notas perdurables: 'Llevaré el arpa de mi vida al tribunal que está en el abismo (misterio) sin fin de donde sube la música no tocada. Yo acordaré mi música con la de lo eterno, y cuando haya cantado mi último sollozo pondré mi arpa a los pies de lo callado (Dios que escucha)'.

El filósofo Ortega y Gasset escribió: 'Rabindranath es un poeta místico. Espléndido edificio lírico que no tiene más que un inquilino, Dios'.

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