Me hago eco de las quejas vertidas por otros lectores en esta sección, tras comprobar que hasta el momento han sido estériles y no se ha adoptado ninguna medida al respecto.
Soy usuario habitual del Paseo de las Ninfas y me causa estupor que cada vez sea más frecuente ver como individuos pasean con sus perros sueltos, molestando a quienes salimos a practicar deporte, ya sea en bicicleta, corriendo o simplemente andando. Hace unos días me encontraba en Reza y sólo allí había siete perros sueltos, algunos de ellos de los calificados como razas peligrosas. No es la primera vez que observo como alguno de estos animales se lanza contra alguna persona (yo mismo lo he sufrido en dos ocasiones), sin que sus amos se preocupen y ni siquiera pidan perdón.
Desde aquí exijo al señor alcalde que tome las medidas oportunas para que esta situación se solucione de una vez por todas, antes de que más pronto que tarde se produzca una desgracia. Le sugiero que la Policía Local recorra el paseo durante varios días consecutivos e inste a los dueños de los canes a llevarlos sujetos con correa como es preceptivo, e incluso se proceda a sancionarlos si es preciso, además de instalar letreros advirtiendo de la obligatoriedad de llevar a los animales atados (además de bozal para los peligrosos).
Estoy convencido de que queremos que nuestra ciudad sea conocida por sus zonas y paseos termales, y que no sea portada de prensa o informativos por el ataque de un animal en uno de estos lugares. Aprovecho también para hacer un llamamiento al civismo de los propietarios de los animales, de modo que todos podamos disfrutar en armonía, recordándoles que los derechos de unos terminan donde comienzan los de los demás.
Desde aquí exijo al señor alcalde que tome las medidas oportunas para que esta situación se solucione de una vez por todas, antes de que más pronto que tarde se produzca una desgracia. Le sugiero que la Policía Local recorra el paseo durante varios días consecutivos e inste a los dueños de los canes a llevarlos sujetos con correa como es preceptivo, e incluso se proceda a sancionarlos si es preciso, además de instalar letreros advirtiendo de la obligatoriedad de llevar a los animales atados (además de bozal para los peligrosos).
Estoy convencido de que queremos que nuestra ciudad sea conocida por sus zonas y paseos termales, y que no sea portada de prensa o informativos por el ataque de un animal en uno de estos lugares. Aprovecho también para hacer un llamamiento al civismo de los propietarios de los animales, de modo que todos podamos disfrutar en armonía, recordándoles que los derechos de unos terminan donde comienzan los de los demás.
