Recuperar la conciencia de pecado

Nos hallamos en el tiempo de Cuaresma. Un tiempo muy apropiado para celebrar el sacramento de la penitencia, una de cuyas partes es la confesión de los pecados ante el sacerdote, representante de Cristo.
Fue Pío XII quien dijo hace más de 40 años una frase digna de ser meditada: ’La mayor desgracia del hombre actual es haber perdido la conciencia del pecado’. Si esta afirmación de Pío XII era verdadera entonces, hoy lo es más. En la calle se respira un desprecio olímpico de la norma moral. Su transgresión no constituye para muchos el más leve motivo de inquietud; no les preocupa el mal moral o pecado.

Y, sin embargo, el pecado está ahí. Es una realidad que nace en el corazón del hombre y es, en definitiva, el egoísmo humano tomado como norma de conducta. La injusticia, el odio, la explotación del más débil, la envidia, la ira, etcétera, son diversas versiones del egoísmo humano. A nadie se le oculta que una sociedad en que predomine el egoísmo resulta incómoda, terriblemente injusta y de difícil convivencia. Urge, pues, recuperar la conciencia del pecado para poder combatirlo eficazmente. Y la cuaresma es un tiempo privilegiado para ello. Vivamos la cuaresma.

Te puede interesar
Más en Cartas al director